Religiosos de toda la diócesis toman parte en el homenaje a los curas por el aniversario de su ordenación
Una buena parte de los sacerdotes de la diócesis de Astorga acudió ayer a la celebración de la fiesta de San Juan de Ávila, que enmarcó el homenaje a sus compañeros que este año celebran las bodas de plata, de oro y de diamante de su ordenación. La jornada comenzó con una misa concelebrada que presidió el obispo, Camilo Lorenzo. Tras los oficios los asistentes acudieron a una conferencia de Fernando Rodríguez Garrapucho, profesor de Eclesiología en la Universidad Pontificia de Salamanca, director del Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos Juan XXIII y director de la revista Diálogo Ecuménico . El acto continuó con el reconocimiento propiamente dicho, al que asistieron gran parte de los profesores que formaron a los ayer homenajeados durante su etapa de estudiantes. Un grupo de seminaristas cantó después el Himno a la Inmaculada , obra de Bernardo Velado y José María Álvarez, en señal de devoción a la patrona del seminario. El acto incluyó la presentación de los sacerdotes que recibían el reconocimiento, que fueron objeto de felicitaciones en verso. El prelado dio lectura a varias cartas de religiosos que se encontraban ausentes por motivos de trabajo o de salud antes de que todos los asistentes compartieran una comida de hermandad en el seminario. En total, ocho curas -uno ya fallecido-celebraron sus bodas de plata sacerdotales, 15 -uno desaparecido- sus bodas de oro, y uno -que no pudo acudir- sus bodas de diamante.