La alubia fue la base principal para la elaboración de este plato típico de la comarca, aunque no la única
Las ollas ferroviarias pusieron sabor a la festividad de San Fernando
El premio del certamen, en el que participaron 16 concursantes, se lo llevó un palentino
La asociación de ferroviarios San Fernando de Cistierna celebró la festividad de su patrón con la puesta en marcha del tradicional concurso de ollas ferroviarias. Los actos programados para celebrar el festejo tuvieron lugar en la explanada del antiguo economato de Feve de Cistierna, donde se dieron cita 16 participantes en el concurso anual que tiene como base principal la alubia. Al margen de este condimento obligatorio, se prepararon ollas con almejas, patatas, y toda una variedad de embutidos destacando la morcilla y el chorizo. El primer premio fue para Antonio Puche de Guardo, el segundo para Ana Isabel de Cistierna y el tercero para Manuel Suárez, también de Cistierna. Además, se entregó un premio especial para José «el salamanquino» por sus años de colaboración en este concurso. José, además, preparó una olla cuyo condimento principal fue el pollo de corral. Mientras las ollas entraban en ebullición, ya que el periodo de preparación y elaboración es prolongado, el recinto del antiguo economato de Feve se llenaba de gente que quiso compartir este día de fiesta con los ferroviarios. Hay que destacar que esta festividad coincide con la de San Guillermo que celebra la villa de Cistierna. Pinchos para todos La asociación de ferroviarios ofreció a la los asistentes una gran variedad de pinchos, vino español y refrescos para continuar con la degustación de un cocido ferroviario, al ritmo de la charanga «Aires de Cistierna» que durante toda la mañana estuvo poniendo ritmo a este día de festividades con sus interpretaciones musicales. La fiesta de San Fernando fue recuperada por la asociación hace un año y su objetivo es mantener viva la forma de hacer y elaborar las ollas ferroviarias que en el siglo pasado fueron la fuente de alimentación de quienes trabajaban en las vías. Cada año la participación es mayor, tanto de los que entran dentro del certamen como de la gente que quiere aportar algo a la celebración de esta festividad. La mañana festiva concluyó con una comida en que se pudo disfrutar de unas exquisitas, cuyo olor invitaba, ya desde el principio, a probarlas.