Un macho montés abatido en Riaño supera los 290 puntos

El pasado 19 de mayo un cazador abatió en la Reserva Regional de Caza de Riaño un macho montés, cuyo trofeo puede superar los 290 puntos, de acuerdo con las normas de homologación de trofeos del Consejo Internacional de Caza. El permiso del ejemplar recientemente abatido correspondía al cupo de las entidades locales reportándoles unos ingresos que rondan los 36.000 euros. De cumplirse las expectativas el macho montés podría alcanzar un nuevo récord mundial. La Junta de Castilla y León apunta que este hecho «supone la culminación del proceso de reintroducción y gestión de la especie en la reserva de Riaño, iniciado por la Consejería de Medio Ambiente en 1990». Los dos mejores trofeos españoles de macho montés fueron cazados en la Reserva Regional de Las Batuecas, en la provincia de Salamanca. El primero de ellos fue valorado con 288,5 puntos y el segundo, con 287,9. Los trofeos de macho montés en Castilla y León ha supuesto el referente en la calidad de los mismos a nivel nacional, desde la primeras valoraciones comparativas. El trofeo valorable de estos animales lo constituyen sus dos cuernos adheridos al cráneo limpio, completo o no. Para su valoración, el trofeo debe aportarse, además de limpio de toda materia extraña, sin montar en la tabla. Para puntuarlo se tiene en cuenta la longitud de los cuernos, el perímetro, la curvatura y la envergadura de los mismos, así como la edad del animal. Carácter autóctono Debido a su carácter autóctono y exclusivo en la Península Ibérica, la cabra montés es el máximo exponente en cuanto a calidad y valor de los trofeos. En 1990 se puso en marcha el plan de reintroducción de la cabra montés en Riaño y al año siguiente tuvieron lugar las primeras batidas. En el siglo XIX este animal se había extinguido en la Cordillera Cantábrica. Los animales que se reintrodujeron en Riaño procedían de las reservas de Las Batuecas y de Gredos, en Ávila. La aclimatación del animal ha sido progresiva y constante y en el año 1994 se cazó el primer macho no medallable y, al año siguiente, se comenzó con los recehos de trofeos, cazándose ese mismo año un macho de once años y 266 puntos, según los criterios de homologación del consejo.