La excavación en el solar del Lyda deja al descubierto dos cubetas utilizadas para el bautismo
Aparecen los restos de la antigua sinagoga judía de época medieval
La Comisión de Patrimonio deberá pronunciarse sobre la conservación de estos vestigios
La intervención arqueológica en el solar colindante con el jardín de la Sinagoga y con la biblioteca previa a la construcción del centro cultural Lyda reveló los restos del templo judío que da nombre a dicho espacio, según confirmó la arqueóloga municipal, Ángeles Sevillano. La excavación dejó al descubierto vestigios de una construcción de grandes dimensiones y diversos materiales de época bajomedieval asociados a ella. En concreto, los trabajos permitieron localizar unas cimentaciones de considerable anchura que delimitan amplios espacios, que la directora de esta prospección identificó como de carácter público. Además, aparecieron dos cubetas de planta rectangular revestidas de hormigón que Sevillano consideró que se utilizaban para contener agua, una de las cuales tiene dos peldaños. La arqueóloga estimó que ambas eran empleadas para realizar bautismos por inmersión, «un rito judío que todavía hoy se practica, incluso una de ellas conserva los dos peldaños que facilitan este acto», apuntó. Sevillano, que situó la construcción judía entre los siglos XIV y XV, destacó que «la mayoría de las cimentaciones (localizadas en el solar) tienen casi un metro de anchura, y los tramos de mayor profundidad descienden más de tres metros con respecto al suelo del jardín». La arqueóloga consideró aventurado calcular las dimensiones originales de la sinagoga, dado que ésta «continúa hacia el este, bajo el salón de actos de la biblioteca municipal, y también parece que hacia el sur», en dirección a la entrada al jardín por la plaza de San Francisco. La denominación Los argumentos en los que Sevillano basó su consideración de que los restos pertenecen a la antigua sinagoga son la denominación del jardín, que invita a pensar que este espacio albergó una construcción de este tipo; las dimensiones de los vestigios; la aparición de las dos cubetas; y el hecho de que dicha edificación «encaja en el uso público que el solar ha tenido desde la época bajo medieval», apuntó. En este sentido, la arqueóloga indicó que el hallazgo se encuentra en un espacio municipal, el patio de la biblioteca, que, en la época mencionada, tuvo carácter sagrado al albergar un templo y que está cerca del solar del antiguo hospicio que regentaron unas religiosas, dijo. La comisión de Patrimonio deberá decidir si los restos hallados tienen o no la suficiente entidad como para decretar su conservación, indicó Sevillano. Precisamente, el arqueólogo del servicio territorial de Cultura de la Junta, Julio Vidal, es el encargado de supervisar la excavación. Los trabajos han quedado interrumpidos de forma temporal, y la arqueóloga apuntó la posibilidad de que se retomen el próximo mes de septiembre. La intervención proseguirá con labores en la zona oeste del solar -la abocada al jardín-, en la que los operarios aún tienen pendiente la retirada de algunos niveles de tierra, apuntó la arqueóloga, que no descartó que entonces aparezcan nuevas evidencias.