Por cien duros

La segunda jornada del mercado tradicional de los años 50 acogió ayer la representación de un trato de compra venta de ganado, tal y como se hacía en aquella época. El acto reunió a un ganadero en activo y tres antiguos tratantes. El primer paso, mirar los dientes al animal. Después, el negocio, que se pactó en pesetas. El semental, fue valorado en cien duros. La cucaña hizo demostrar a los jóvenes del entorno su habilidad para conseguir el jamón colocado en lo alto del palo. La tradición se vio animada con los bailes regionales por varios grupos del noroeste de España. La última noche del mercado tradicional concluyó con una gran verbena, que fue interrumpida por un desfile de modelos de los años 50. La celebración de este año, que volvió a reunir durante sus dos jornadas a cientos de personas, contó con mayor colaboración por parte de los asistentes, ya que gran parte de ellos acudieron a Veguellina de Órbigo vestidos para la ocasión, con trajes de los 50 rescatados del armario.