Su Majestad el ajo, Rey de la feria
Miles de personas avalaron ayer la feria del ajo como una de las citas más importantes de la provincia Presencia italiana en la feria del ajo
Las ristras de ajo se convirtieron ayer en las protagonistas indiscutibles de una feria que lleva concitando a miles de personas desde hace más de 800 años, si bien es cierto que la feria ha sufrido cambios que la han adaptado desde sus inicios a la evolución de las gentes. Con el tiempo ha perdido el carácter eminentemente agrícola con el que nació, pues antaño, era el momento del año en el que todas las gentes esperaban para reponer y comprar sus áperos de labranza y utensilios para el hogar. La feria de Santa Marina del Rey tenía a gala el pregonar y presumir de que cualquier pareja de recién casados podían salir de la feria con todo lo necesario para iniciar su nueva vida, utensilios para la casa o para trabajar en el campo, esto se ha perdido en gran medida. Hoy sólo quedan como auténticos protagonistas del evento dos ases: el ajo y el escabeche de Tino, luego, con los años, se les unió, gracias a la mejora de las comunicaciones, el preciado pulpo venido desde Galicia. Ayer, el número de personas que visitaron la feria del ajo fue numerosísimo durante todo el día, pero el punto más álgido se alcanzó por la tarde, al coincidir con el final de la jornada laboral. Las ventas fueron buenas durante toda la jornada en los más de 300 puestos situados en las calles próximas a la plaza de la Iglesia y a la carretera, además de todos los tenderetes del mercado medieval que continuaban con su actividad desde el domingo. Un enorme bazar Santa Marina del Rey también ofreció ayer la posibilidad de adquirir maquinaria agrícola moderna de todo tipo, automóviles nuevos y de ocasión, antigüedades, objetos diversos para decorar la casa, cuadros, artesanía de barro y de madera, y por supuesto ajos, vendidos a granel o en ristras. Dependiendo del numero de cabezas y de su tamaño y presentación, los Reyes de la feria podían costar desde los 12 euros de las ristras de 24 ó 22 cabezas a los a los sólo 5 de las de 8 ó 10 cabezas. Los precios se mantuvieron firmes a lo largo de todo el día dependiendo del lugar del puesto, después bajaron todos, como ya es habitual, a medida que se terminaba el día y había que recoger el puesto y volver a casa. Como ya es tradición, los ajos llegaron en su mayoría del campo de Villares de Órbigo, y también como ya es habitual desde hace muchos años, de Extremadura y otras comarcas leonesas. El pulpo y el escabeche (chicharro escabechado) de Tino, atrajeron a las tascas a un numeroso público que se deleitó con tan preciado manjar. Por la noche se celebró una estupenda verbena que duró hasta altas horas de la madrugada y que estuvo amenizada por las orquestas Assia y Bellísima, que comenzaron sus actuaciones a partir de las 23.00 horas en la plaza principal de Santa Marina. Cerca de la media noche se procedió a la quema de un gran castillo de fuegos artificiales a la orilla del río Órbigo. Hoy martes todavía continuarán los festejos de la feria del ajo, que tendrán su punto importante en el desfile de Carrozas a las 18.00 Previamente habrá un estupendo festival infantil a las 17.00 horas y a partir de las 22.30 horas tendrá lugar la verbena en la plaza.