Los romanos invaden tierra astur

Los romanos invadieron ayer Astúrica. Las tierras astures estuvieron tranquilas durante todo el día: los niños realizaban talleres artesanos, los mayores visitaban los bares de la ciudad dentro de la iniciativa Ire Art Vinus y los peluqueros seguían en el Melgar peinando a todos aquellos que gritaban: ¡Y yo con estos pelos! El campamento esperaba la llegada del César Josefus Orologius I y por fin, a las 20.30 horas apareció con todo su séquito. Tras un desfile de peinados astur romanos, tuvo lugar un careo entre el emperador y el príncipe astur, Sebius. La firma de la paz no tardó en llegar. «Ya sois hijos de Roma» El César, en su discurso, manifestó que durante diez años de hostilidades, disgustos y bajas en los dos bandos y una dura guerra, que no fue fácil, «las legiones romanas se han impuesto» y «todo eso se olvidará porque ahora empieza la paz; la paz romana». Igualmente afirmó que «con este tratado de paz que ahora firmamos empieza la nueva era» y además indicó, «mando que todos festejen la paz, se diviertan y se reconcilien, que se inicien las bacanales y que corra el vino aromatizado, que se organicen espectáculos y circo» porque «ya sois todos hijos de Roma» concluyó. Por su parte, el príncipe astur, Sebius, pregonó a la multitud que «los astures no se rinden» que con la firma de la paz no basta, que era necesaria una paz duradera y que no iban a permitir que se olvidasen ni respetasen sus costumbres, «sólo así firmaremos la paz». Astures y romanos, reconciliados, disfrutaron de una cena de gala que tuvo lugar en el teatro Gullón. Como decían los romanos, «pan, circo y también vino», los asistentes al convite pudieron disfrutar de un menú basado en cecina legionesis, empedrado de garbanzos con hebras de bacalao y perlas negras aderezado con aceite de Garlanda, paletillas de cordero al adobo imperial así como queso macerado en aceite de orégano y queso especiado al aceite de miel, esponjado de frambuesas astures y frutas de los dioses. Para acompañar, Vinum Domi y bailarines que amenizaron el acto gastronómico. El fin de la jornada vino de la mano de estos bailarines y el grupo A ras de suelo. Pasando por las fuentes de las plazas Calvo Sotelo y Eduardo de Castro, los bailarines danzaron en torno a los elementos: agua, fuego y viento. Con la llegada a la plaza de Santocildes, comenzó el espectáculo Purificare . A ras de Suelo jugó con los aromas, repartiendo a todos los asistentes incienso, con la idea de purificar el ambiente. Una serie de danzas en torno al fuego continuaron la actuación, mientras anudaban cuerdas, siendo cada nudo lo malo, para que desapareciese. En un templo situado frente al ayuntamiento, los artistas, descalzos y con túnicas blancas, fueron pasando por el agua como símbolo de lo puro y la purificación. Hoy, romanos y astures, se verán las caras y pondrán en juego su honor y su valía. Hoy tendrá lugar el XVII gran circo romano en la plaza de toros. ¡Que gane el mejor!