El Ayuntamiento y los vendedores del mercado alcanzan un acuerdo
El Ayuntamiento y los vendedores del mercado semanal alcanzaron un acuerdo respecto a la ubicación de los puestos de cara al próximo martes, según confirmó ayer el edil de área, Luis Álvarez. Así, el Consistorio eligió para la citada actividad toda la manzana comprendida entre el conservatorio, los juzgados y el seminario, desde el 2 de agosto y hasta nuevo aviso. Las obras de remodelación del eje monumental, que comenzaron por la plaza de San Bartolomé y continuarán con la calle Lorenzo Segura y la plaza de Santocildes, hicieron que el Consistorio trasladara el mercado semanal a la plaza de los Marqueses y el paseo de la muralla el martes pasado. No obstante, parte de los vendedores rechazó esta ubicación el pasado día 26 y se negó a instalar sus puestos. Los representantes municipales mantuvieron conversaciones con los comerciantes que derivaron en el acuerdo referido, siempre según la concejalía responsable del mercado. La medida afecta a la plaza de los Marqueses de Astorga y el primer tramo de la muralla, así como a las calles que a ellos confluyen: Condes de Altamira, números impares de la calle Escultor Amaya, primer tramo de Juego de Cañas, calle José Díez Novo -lateral junto al seminario-, y calle del Carmen -lateral junto al obispado-. Una tarjeta El Ayuntamiento anunció también ayer que los vecinos afectados por la nueva disposición de los puestos recibirán de forma gratuita una tarjeta que permita el aparcamiento todas las mañanas de mercado semanal en la zona ORA, según indicó el concejal de Tráfico, Joaquín Carro. La iniciativa afectará sólo a los vehículos que paguen en el municipio el impuesto de circulación y que queden guardados en cocheras ubicadas en las calles en las que el acceso se vea dificultado por la permanencia de los puestos. Los interesados podrán solicitar la tarjeta facilitando en el ayuntamiento la matrícula del vehículo. El Consistorio solicitó la colaboración de los vecinos que puedan sufrir molestias por la nueva ubicación del mercado, que Álvarez consideró «la más conveniente para los intereses generales».