Una estrella en el camino

El albergue de Bercianos del Real Camino es considerado por los peregrinos que han tenido la suerte de visitarlo como un pequeño oasis de paz y felicidad. Una auténtica estrella en el camino, cuyo único objetivo es dar servicio y atención a todos los peregrinos que caminan en busca del apóstol. Las instalaciones han sido remozadas después de un periodo de intervención a cargo de Raúl, el párroco de la localidad, que ha dedicado buena parte de su tiempo libre a ponerlo a punto para poder atender y dar un respiro a los cientos de caminantes que lo visitan. Su esfuerzo ha merecido la pena, el recuerdo permanece imborrable en las mentes de los privilegiados, que aparte de las atenciones recibidas han podido contemplar la espectacular puesta de sol, famosa ya por los caminos que conducen a Santiago. Antigua casa rectoral El albergue, ubicado en la antigua casa rectoral, está dividido en dependencias. Habitaciones, aseos, cocina, capilla y recepción ofrecen al peregrino todo lo necesario para descansar y reponer fuerzas. Treinta camas y otras tantas colchonetas logran dar reposo y recogimiento en las noches de peregrinaje. Un servicio ejemplar de amor y compañía totalmente gratuito. Dormir, cenar, desayunar y poder ducharse es un premio a una jornada polvorienta y calurosa. Sosiego para el cuerpo y el alma. Todos colaboran en los preparativos de la cena y disfrutan de una noche colmada de vivencias e intercambio de sentimientos. Un nuevo amigo en el camino siempre es posible, a veces los grupos deciden continuar juntos, porque una noche mágica en un lugar mágico une lazos para siempre. En la actualidad el albergue es atendido por personal voluntario, se trata de un servicio que rota periódicamente entre asociaciones y amantes del servicio a los demás. Ya se han sucedido varios relevos a lo largo de su puesta en marcha por parte de diversos colectivos, desde el mes de mayo, tras su reforma. Actualmente el albergue es atendido por un grupo de monjas agustinas que pertenecen al convento de Becerril de Campos. Su buen hacer y dedicación conforman un equipo en perfecta sincronización. Carolina Blázquez es la responsable del albergue. La acompañan Carmen, María del Prado y el hermano agustino, Pablo Tirado, que son un verdadero modelo de atención en el mundo del peregrinaje. Cariño de las hospitaleras El peregrino siempre es bien recibido por las hospitaleras, un cariño especial que siempre intentan transmitir a los caminantes. La intención primera y última siempre es la misma, ayudar y lograr que los peregrinos se sientan agusto y descansen para afrontar una nueva jornada camino de Santiago. En primer lugar, agua con limón para reponer fuerzas y acto seguido preocupación por las posibles heridas que hayan sufrido a lo largo de su peregrinar, ya hacen presagiar que el resto de la estancia será de mil estrellas y desde luego no se equivocan.