Diario de León
Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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MUCHO hemos escrito desde un tiempo para acá, acerca de lo que ocurre en Laciana. Del polémico convenio, firmado contra natura entre el aparato del PSOE y MSP, caiga quien caiga, claro está que la cuerda siempre se rompe por el lado más débil, y quien cayó fue la ejecutiva lacianiega. Todo hay que decirlo, una ejecutiva discordante con la provincial desde tiempos inmemoriales. De la conveniencia o no de continuar explotando a cielo abierto nuestros montes, pasándose las mil y una leyes proteccionistas existentes por la entrepierna, con unos argumentos tan peregrinos como que tales explotaciones solamente son inconvenientes, no llegando a reconocer que los daños ocasionados son irrecuperables para el entorno. Al menos, lo son tanto como el lamentable incendio ocurrido días atrás, que tanto impacto causó... Unos escriben desde el cómodo sillón de su casa, muchas veces tocando el tema de oído, sin saber en realidad el verdadero alcance de sus argumentaciones. Otros lo hacen, lo hacemos, desde las vísceras, anteponiendo muchas de las veces el corazón a la razón. Pero pienso, sin temor a equivocarme, que todos los argumentos que utilizamos, aún siendo un tanto viscerales, como digo, se acercan bastante al sentido común. De lo que nadie habla, en todas las argumentaciones a favor y en contra de la continuación con la debacle es, de que Laciana tiene reconocida una figura proteccionista, concedida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), dentro del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB), es decir, Laciana es Reserva de la Biosfera. Pero lo es, ante todo y sobre todo porque alguien así lo quiso. Si hoy gozamos de este tipo de protección medioambiental, basada en un desarrollo sostenible, no podemos dejar que se pierda así como así. Esto todo, amén de otro tipo de reconocimientos, como son las Zepa (Zonas de Especial Protección de Aves), los LIC (Lugar de Interés Comunitario), Red Natura 2000, el encontrarse Laciana dentro de los lugares de protección del oso pardo cantábrico y del urogallo concedidos la mayoría de dichas protecciones por la Junta de Castilla y León. Hemos podido consultar informes desfavorables para que se continúe explotando indiscriminadamente en el Valle de Laciana de biólogos de prestigio, expertos todos ellos, de talla internacional, tanto en la conservación del oso pardo como en la del urogallo. Tales como Javier Naves Cienfuegos, Alberto Gil, Francisco José Purroy, además de otros informes de técnicos agrícolas tales como el firmado por Francisco Gómez Bernardo. Sin olvidarnos de las opiniones al respecto, recientemente emitidas por Javier Castroviejo, presidente del Comité MAB de la Unesco. Pero lo que realmente sorprende a quien esto escribe es que, además, existen unos Estatutos de la «Fundación Laciana Reserva de la Biosfera», que entre sus 36 artículos, recoge cuestiones tales como sus fines, y de entre ellos destacar que dice literalmente: «Fomentará e impulsará la promoción y gestión de la Reserva de la Biosfera Laciana, según los principios emanados del programa El Hombre y la Biosfera de la Unesco...». Pero lo más chocante de todo, es que esta Fundación está presidida por la alcaldesa de Villablino, y de ella forman parte otros cinco miembros de la corporación municipal. Además de un representante del Ministerio de Medio Ambiente, otros de la Junta de Castilla y León, otro de la Diputación Provincial, otro de la Fundación Oso Pardo, entre otros. ¿Estarán todos estos miembros de acuerdo con que en Laciana se salten la Ley a la torera? ¿O será que tales Estatutos no sirven para nada? Será hora ya de pedir responsabilidades a aquellos que las tienen, lo que nadie podrá hacer es intentar esconder la cabeza bajo el ala y decir en un mañana que obraba de buena fe. Si continuamos mareando la perdiz y dándole vueltas al asunto sin resolver nada, posiblemente pronto será tarde para rectificar...

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