Villavante se llena de campanas
Más de cuarenta campaneros celebran el tradicional encuentro veraniego, en el que los badajos rompen el metal para hacer recordar el sonido de antiguas tradiciones y un oficio
Los campaneros demostraron sus habilidades en el encuentro que se celebró en Villavante
«Camino hacia Astorga, está pueblo de Villavante. Bienvenido sea todo el caminante. Villa de historias, repleta de hazañas. Villa de campaneros, que hacen vibrar sus campanas». El primer domingo de agosto es una fecha marcada en rojo en el calendario de los campaneros de toda la provincia de León. Cada año, todos ellos se desplazan con sus campanas a la localidad de Villavante para pasar una jornada de hermandad en la que, por encima de todo, se nota y se siente el tañido de la campana. Este verano, como no podía ser de otro modo, los campaneros no faltaron a su cita y con éste ya van diecinueve años de encuentro, organizado por la asociación cultural y deportiva Guays y la Escuela de Campaneros. Tras la misa solemne celebrada a las 13.00 horas del mediodía, llegó el momento para que los participantes se apuntaran. La curiosidad era la tónica dominante y, desde la organización, se contabilizaba con nerviosismo el número de inscripciones. ¿Lograrían superar los 37 campaneros de la pasada edición? La satisfacción estallaba después del recuento. A las 17.00 horas, 41 campaneros en total se habían acercado a Villavante. Poco después, sobre 18.00 horas, comienza la fiesta. Tras la exhibición de todos los participantes con sus campanas, tuvo lugar la entrega de recuerdos a los llegados a Villavante. A continuación, los campaneros y vecinos de la localidad se reunieron para el siguiente acto del programa, la demostración del baile del pendón y la degustación de jamón leonés acompañado por vino de la tierra. El baile, a cargo de Los Cirolines, puso el broche final a esta emotiva fiesta que, como cada año, hizo vibrar a todo Villavante.