«Breakers», mayores y conciertos

Las actividades de las fiestas patronales acogen tanto a los jóvenes como a los más mayores, dentro de novedosos actos musicales o de otras tradiciones como la paellada para los jubilados. La jornada de ayer comenzó con la segunda fiesta Jam, es decir, el conjunto de graffitis, conciertos, breakdance y sesiones dj, en los alrededores de la plaza Antonio Colinas, que congregó a un buen número de curiosos. Desde las dos de la tarde empezaron a blanquear las primeras paredes y proceder al desarrollo y elaboración de un graffiti, cosa nada fácil si se observan los dibujos que los artistas hacen. Muchos lo consideran un arte, y otros lo relacionan con actitudes más negativas, pero lo que es cierto es que hay un gran esfuerzo detrás de cada esbozo. Primero realizan el boceto, luego marcan los contornos, después pasan a darle color y por último le dan el volumen y las sombras para que sean más espectaculares. «Solemos tardar un día entero en hacer un graffiti», explicaba Aitor Martínez Peral, que ha llegado desde Asturias para participar en el encuentro y afirmó que «es estupendo que se hagan este tipo de cosas, para que mucha gente abra los ojos, y no vea esto sólo como garabatos, o lo relacione con la delincuencia» La ciudad recibió a varios expertos grafiteros de distintos puntos del país llegando desde puntos como Alicante, Murcia, Madrid, aunque no podían faltar los de La Bañeza o Castrocalbón. La fiesta prosiguió con un concurso de micros abiertos y las batallas de rimas, conciertos de música donde se mezclaba el rap and black, el hip-hop o el ragga. Más tarde las competiciones de breakdance hicieron que los concursantes deslizarán sus cuerpos por la pista de la discoteca Hotachy. Paellada Contrarrestando edades y diferentes estilos musicales, la tercera edad tuvo su tradicional cita en El Jardinillo para degustar la gran paellada, preparada desde las nueve de la mañana, que fue repartida entre la corporación municipal y las reinas y damas de las fiestas patronales, así como por otros voluntarios. Se prepararon cerca de 1.000 raciones puesto que hasta el lugar se aproximaron más de 700 jubilados que se colocaron a lo largo de los comensales que había dispuestos por todo el parque. Pero no sólo disfrutaron con la paella porque también les ofrecían el pan, la bebida y los postres, unos deliciosos pasteles de chocolate. La tarde campera estuvo amenizada por una orquesta, que deleitó al público con unas rumbas y unos cuantos pasodobles. Además, este año el tiempo «está acompañando bastante bien las distintas actividades de las fiestas» como explicó el alcalde de la ciudad, José Miguel Palazuelo durante la comida en El Jardinillo, y aunque ayer por la tarde el cielo pareció nublarse, no deslumbró ningún acto. Hoy abre las puertas uno de los actos más esperados y que más gustan, el mercado medieval, que se concentrarán en la plaza Mayor con sus malabares, artesanos y demás.