El público consolida el mercado medieval en el programa de fiestas

Los artesanos medievales llegaron por fin hasta la ciudad para transportarnos a la época de los juglares y cantares, y ofrecen un variado programa de actividades completándolo con los juegos y acrobacias de los malabristas. La inauguración se produjo a las doce de la mañana, cuando el personaje e Cervantes leyó el pregón en el balcón del Ayuntamiento junto a las reinas y damas de las fiestas, además el escriba del mercado medieval entregó al alcalde de La Bañeza, José Miguel Palazuelo, una lamina con el nombre de la ciudad en árabe. Después los malabaristas comenzaron a hacer visibles sus destrezas con los aros o los bolos, acompañados de la bailarina de la danza del vientre y de los músicos, que hicieron las delicias de los que se acercaron hasta la plaza Mayor. Este año el mercado cuenta con cerca de setenta puestos, cada año se va ampliando más, a los que ya son conocidos como los tenderetes de platería, alimentación, guarnición, la echadora de cartas o juguetería se van sumando novedades como el maestro cantero, la tetería o la grabación de pergaminos. Por supuesto, no faltó tampoco la exposición de cetrería con varias aves que permanecen impasibles y sobre sus piezas ante las atentas miradas de los más curiosos. Durante la mañana realizaron una exhibición de vuelo con las distintas aves. Los talleres Los chavales más pequeños fueron de los que más disfrutaron con los talleres de barro, en los que empezaron a crear sus primeras figuras de arcilla, otro taller fue el de la elaboración de queso, el de tiro con arcos y también disfrutaron mucho horneando pan y mezclando las manos en las masas de harina. La mañana medievalera estuvo también amenizada por el espectáculo de teatro en el que representaban El Caballero de la Triste Figura, y es que este verano han querido que algunas actividades estén relacionadas con el V centenario de la publicación de El Quijote. Hoy será el último día para visitar el mercado medieval para adquirir los obsequios más preciados, las joyas más exóticas, las ropas más alternativas, las infusiones más curativos, las espadas más ancestrales o degustar toda una gama de productos alimenticios, desde las exquisitas creps, a los variados dulces, el kebab o las sabrosas empanadas.