| Retablo leonés | Las fiestas de Boñar |
¡San Roque, ilumínales!
La programación completa estará enfocada, como no podía ser de otra manera, a que la juventud de Boñar disfrute de un ambiente festivo acorde con los gustos del momento
No es difícil, para un boñarés de adopción, como es el caso, escribir algo agradable para esta villa que mantiene a duras penas el empaque y señorío que la dieron renombre en otros tiempos. La ocasión de celebrar las fiestas patronales en este agosto movido y bullanguero, nos da pie para que nuestra pluma hilvane una serie de consideraciones acerca de este pueblo que se mueve hoy a impulsos de unos políticos controvertidos enzarzados en la eterna incompatibilidad partidista y personalista, y en el ejercicio crónico de una oposición sin paliativos. Confiemos, quizá ingenuamente, que el bueno de San Roque alivie las tensiones en beneficio de una prosperidad que se escapa a todo control. Pero hagamos borrón y cuenta nueva de lo que nos pueda afligir, para programarnos en positivo hacia el disfrute de unas fiestas que siempre se han distinguido por la hospitalidad de quienes han ejercido por vocación el noble oficio de anfitriones. Boñar tiene un nombre muy consolidado, y aunque últimamente se hayan perdido cosas tan sustanciales, como... la sombra del Negrillón, sus habitantes saben crecerse ante cualquier adversidad y unirse como una piña a la hora de festejar a su emblemático patrón, el Glorioso San Roque. Y es que este pueblo no está solo, siempre ha sido la indiscutible cabecera de una comarca que vibra con él, que vive sus problemas, participa de sus proyectos y alegra con su presencia las fiestas populares. Eso lo saben muy bien los de Boñar y, lo tienen tan asumido, que ejercen a diario ese papel de recepcionistas. Muchas veces da la sensación de que se quieren hacer perdonar la osadía de retener aún las juntas Vecinales que birlaron sus antiguos administradores con nocturnidad y alevosía. Bueno, ironías aparte, sabemos por la experiencia acumulada, que las fiestas sanroqueñas invitan cada año a Tirios y Troyanos, zurdos y diestros, guapos y feos, a unir sus latidos en el sentido de sacar el mejor partido posible al paréntesis festivo que tan oportunamente vine a señalar el ecuador de las vacaciones agosteñas. El «Soto» de Boñar volverá a llenarse con el aroma de los «bollos preñaos» y los «culines» de sidra; el campo de honor de la Lucha Leonesa, resonará con las ovaciones que premian la deportividad de los luchadores; el circuito de la plaza se llenará de burros competitivos, que paradójicamente terminarán haciendo una buena carrera... . San Roque un vecino de arraigo La programación completa, que será publicada oportunamente por el corresponsal oficial de la zona, estará enfocada, como no podía ser de otra manera, a que la juventud de Boñar disfrute de un ambiente festivo acorde con los gustos del momento y disfrutarán de las verbenas amenizadas por sugestivos conjuntos que les mantendrán «en vilo», hasta que el cuerpo aguante. Una costumbre piadosa en la zona, nacida al calor del compromiso adquirido por el pueblo de Boñar con ocasión de los favores recibidos de San Roque, en época de pestes, es la de acudir en nutrida representación a la novena que se celebra en estos días en la ermita del Santo, donde los devotos boñareses y agregados suelen pedir remedio a sus problemas, depositando a cambio unas monedas en el cepillo exterior de la ermita del santo milagrero. Un retablo del siglo XVIII preside la capilla donde San Roque recibe el culto adscrito a los ritos de esta novena, que acaban siempre con este estribillo popular: «pues médico eres divino/ con prodigiosas señales/ líbranos de peste y males/ Roque Santo y peregrino». Una antigua cofradía, asistida puntual y celosamente por el párroco de Boñar, Abel Viñuela, guarda desde hace unos cinco siglos, como un tesoro de todos, las viejas esencias que conforman el ser y el sentir de una villa que vive sus tradiciones con la intensidad que supieron transmitirles sus mayores.