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Publicado por
NIEVES FERNÁNDEZ (*)
León

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EL PASADO día 25 de julio, escuchaba por la radio la alocución del señor Castroviejo con motivo de uno de los múltiples cursos de verano que la Universidad Carlos III y la Universidad de León vienen desarrollando desde hace años en Villablino. Manifestaba entre otros, la urgente necesidad de hablar de desarrollo sostenible en la comarca de Laciana, haciendo hincapié en la Reserva de la Biosfera, a la vez que ponía como ejemplo una localidad de la comunidad autónoma gallega. Según sus palabras, se llevó a cabo una importante transformación, abandonando paulatinamente la actividad principal (el curtido de pieles) y, buscando la alternancia en los recursos turísticos y naturales. Sin duda, he de manifestar que sus palabras fueron de mayor contenido y nivel, pero que yo resumo en estas, por simplificar y por espacio. Aprovechando las mismas, que sin duda no pasarán inadvertidas para muchas personas del ámbito tanto cultural, como político o social, he de manifestar que la mayoría de los vecinos de Caboalles de Abajo, lo estamos intentando con la junta vecinal a la cabeza, y me explico. Sobre la mesa está un acuerdo entre M.S.P.S.A. y Caboalles de Abajo, específico para la explotación a cielo abierto de Fonfría. Reitero la localidad y la explotación concreta, para aclarar las malas o interesadas interpretaciones. Acuerdo entre M.S.P.S.A. y Junta Vecinal de Caboalles de Abajo, donde ni más ni menos, se pone letra y contenido a una reconversión ya iniciada hace años, en cuanto al cierre de pozos se refiere, y sin dar un solo paso, hacia la alternancia de actividad generadora de empleo. Mientras tanto Fonfría continúa y el daño ya está hecho, ello para los que no lo conocen y para aquellos que no cesan ni un minuto en confundir a todo aquel que tenga algo que decir. Ese acuerdo, si llegase a contar con el apoyo de las administraciones, tanto local, como regional y central, podría quizá convertir a esta localidad, en otro ejemplo de desarrollo sostenible, como el señor Castroviejo manifestaba. Circunstancias especialísimas concurren, según iremos viendo. Por un lado, la reconversión y cese de actividad ya son un hecho, tanto en el Pozo María, como en Bolsada, ambas en el camino de una alternancia de actividad, hacia las nuevas perspectivas de Laciana: Bolsada, Museo Minero, y el Pozo María, Museo de la Morfología, con su inconfundible devesa de fondo. En ese desarrollo sostenible, la oferta de cincuenta nuevos puestos de trabajo, que junto con los actuales de la mina de interior y del cielo abierto existente ya desde hace años, deberían como la propia palabra dice, ir sosteniendo la pequeña economía de los ciudadanos que aquí nos asentamos, que siempre hemos confiado en estas tierras, y que confiamos y además queremos ser partícipes de esta nueva transformación social que se avecina, al igual que lo hicieron nuestros antepasados, dejando de ser ganaderos para incorporarse por entonces a la actividad minera. En esta línea, tampoco puede pasar inadvertido, un pequeño paquete de obras, reconozco escaso, porque obvia la urgencia de aparcamientos, pero por algo ha de empezarse, y entre el todo o nada, debemos quedarnos con lo posible, al menos debo confesar que eso pensé, cuando en esta planificación hacia el futuro turístico y organizado habíamos ofertado también los terrenos para el futuro Parador Nacional. Aquel no pudo ser, y no entro en más valoraciones, pero espero, que los dos proyectos para recuperar las instalaciones mineras hoy cerradas, no encuentren mayores voces en contra, que aquellas que aman y vienen a Laciana según los vientos, y que además solamente queden en voces y no se conviertan en torpedos administrativos, eso sí, silenciosos, como ha ocurrido con las alegaciones a la segunda fase de las obras de la estación de esquí. Volviendo al principal propósito de este artículo, que no es otro que, el significar la posibilidad de esta localidad para arrancar hacia ese desarrollo sostenible, porque no en vano, coincide en el lugar de la Estación de Esquí de Leitariegos, el reconocimiento específico como Reserva del Oso, del Lobo, de parajes específicos de protección de aves o las especies forestales, como «el tejo», «el acebo» por no mencionar dos ríos, o el estar ubicada en la dirección a la Reserva Nacional de Muniellos entre otros. En fin, un largo etcétera, que si bien es cierto nunca hemos sido capaces de hacer saber más allá de nuestras fronteras, hasta el reconocimento por hombres de buena conciencia y documentados en el lugar, ha de considerarse al menos la posibilidad de poner en marcha estos nuevos proyectos, paralelamente a otros cuantos puedan presentarse, que seguro que serán bien acogidos. (*) Ex senadora del PSOE por León

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