Guerra en el camino
QUERIDO HERMANO: Perdona por no haber acudido a la cita semanal. El caso es que uno ya no está para demasiados trotes y esa semana de fiestas me ha dejado baldado, derrengado y exhausto. Ahora es tiempo de balances y a mi modesto modo de entender creo que ha sido positivo. Otra cosa es cuando, desde el Ayuntamiento hagan el balance económico y se compruebe si ha merecido la pena. Lo cierto es que Astorga ha estado llena, con personal como nunca y con asistentes a los actos como pocos años se veía. Bien cierto es que el tiempo ha ayudado sobremanera, aunque nunca falten las moscas cojoneras que todo lo ven en negativo. Me contaba Jose de un incordión renegado que aseguraba eran las peores fiestas de la década; le preguntó a qué actos había concurrido y resulta que no había estado en ninguno. Eso ocurre. Las cuentas dirán mucho. Ahora se ha desencadenado la batalla del camino, el Camino de Santiago. Precisamente el domingo, como cerrando las fiestas, el grupo A ras de suelo presentó el espectáculo Caminantes , en el que exponían las glorias y las miserias del Camino, tocando los puntos con buen tino. Porque ya hace años que te escribo, de cuando en vez, sobre este asunto de caminos históricos, caminos alternativos, desviaciones y variantes muchas veces inventadas. La última escaramuza la han presentado los vecinos de Villar de Mazarife que aseguran tienen camino de andar, y alguien les joroba la fiesta con eliminación de señales, orientando a los peregrinos a otros lugares. Como ves después de lo del valle del Sil, el camino vadiniense y los que salgan, surgen caminos como hongos; lo cual quiere decir que hay pasta gansa de por medio y que nadie está dispuesto a perder su ración, siempre que las administraciones se estiren. Recuerda cómo no hace mucho en Astorga, por un quítame allá esa flecha, los albergues se enzarzaron en un guerra absurda para captar a los peregrinos con bastantes kilómetros de antelación. Recuerda cómo hace unos cuantos años la guerra encubierta se desarrolló en el cruce de Santa Catalina de Somoza; una señal giraba a una u otra carretera según el paso del presidente pedáneo correspondiente, o vecino cabreado. El dilema era si el Camino iba por El Ganso o por Santa Colomba; ahí parece que la cosa ha cesado. Veleta era la señal. La Asociación del Camino en Astorga intenta poner puntos sobre algunas ies, las cosas en su lugar y los desvíos por donde tengan que ir si es que los hay; que desvíos son todos y más de cuatro veces te he dicho que el Camino lo hace el peregrino y no las administraciones. Aunque bueno es respetar, mínimamente, el trazado histórico y que sean rutas alternativas cuantas quieran. Esta nuestra Asociación ha remitido rotundas rectificaciones a los responsables máximos del Camino -lee Junta de Castilla y León- para que en sus guías, y cuantas salgan bajo sus auspicios, sean veraces al máximo. Por ejemplo el trazado desde Hospital de Órbigo a San Justo de la Vega, sin criterio histórico ni documental alguno lo ha desviado; de Astorga, en su guía oficial presentan serias y graves deficiencias, sólo comprensibles si dicha guía se confecciona a distancia y consultando documentación errónea y escritos de hace medio siglo; que así ocurre. No se pueden admitir errores de tanto bulto como el colocar la Cruz de Ferro -o de Fierro si algunos lo prefieren así- en territorio berciano, cuando faltan varios kilómetros para ello. Y desde luego, en consonancia con la representación de A ras de suelo, es una vergüenza el estado lamentable en el que los peregrinos dejan la base de la Cruz y el propio mástil de la misma, con la porquería que allí se puede ver acumulada. La guerra en el Camino está declarada; hace falta un tratado de paz que resuelva estos conflictos sin dejar cadáveres, ni vencidos, en las cunetas; eso sí, poniendo cada cosa en su lugar.