En la hora de la cuenta atrás
Los últimos ajustes en los repartos de responsabilidades entre los concejales de IU y PP copan los rumores en la vida política provincial, a dos semanas del relevo consistorial
A la vuelta de la esquina ya la semana que debe iniciar el proceso de la cuenta atrás en la moción de censura de Villablino, el ambiente político de la comarca lacianiega cambia el estribillo, que no la melodía. Lejanas ya las salvas de recomendación bajo la firma de Miguel Martínez, llamando a la cordura a Guillermo Murias para que no presentara la moción de censura en ciernes, alegando una supuesta carga de responsabilidad, el caso es que el día 7 quedará registrada en el consistorio la solicitud del Pleno que el día 21 debe retornar a IU el sello y la firma del Ayuntamiento que marca la vida del valle. No sólo no ha querido escuchar tamaña recomendación el alcalde que lo fue y lo será, sino que el discurso, días después, se ha convertido en una tanda de reproches mutuos, con una sola conclusión final: que José Luis Suárez Pastor se frota las manos, el PP los ojos y MSP las sienes, cada uno a la búsqueda de una solución para lo que se avecina. De momento, Pastor se sabe ya en posesión de concejalías del tipo Medio Ambiente, Deportes, Fiestas y esas otras secundarias que, con importancia indirecta, ni quitan ni ponen rey, pero bien ayudan al señor de las barbas que, en medio de tanto tomate, más por la mañana que a la hora de la sobremesa, se ofrece al Tribunal de Cuentas para se inspeccione por los siglos de los siglos y salga luego lo que sea menester. Y en medio de todos ellos, Antonio Felipe Remior asume en su condición de no adscrito, que convierte su acta de concejal en papel mojado esperando secadora que le de más velas en el entierro de Ana Luisa Durán como alcaldesa. Y lo que queda.