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Una especie de truchas única en el país, localizada en la zona, queda al borde de la extinción

La falta de lluvias deja seco el Lago de La Baña, de patrimonio nacional

La junta vecinal se queja de la falta de apoyos: «Han dejado morir un enclave de origen glaciar»

Panorámica general que ofrecía ayer tarde el Lago de La Baña, mermado por la ausencia de lluvias

Publicado por
Miguel Ángel Zamora - redacción
León

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Plácido Bayo, vicepresidente de la Junta Vecinal de Lago de la Baña, denunció ayer que las escasas lluvias que ha recibido el embalse este verano y la deficiente planificación de la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en materia de conservación de la zona, han llevado al lago a una situación límite, de acuerdo a la cual, pese a las precipitaciones de estos días, está a punto de terminar de secarse del todo, con el problema que supone para las truchas que poblaban anteriormente sus aguas, «una especie asalmonada que es única en todo el mundo». «Hasta este verano, la peor época del año dejaba el lago con una profundidad de un metro y medio como mucho, pero por lo menos, la fauna podía sobrevivir a duras penas. Esta mañana, quedaban una docena de peces, y se están asfixiando en la orilla». El río Cabrera, que nace del propio lago en cuestión, sufre también las consecuencias de la meteorología: «La poca agua que queda, deja un caudal que da risa, pero por lo menos, algo hay. El problema es que ha faltado previsión de la Junta en este tema, ya nos hemos quejado dos veces y se les había avisado de que esto se veía venir, y al final, hemos llegado a esta situación límite» sostiene Bayo. Años negativos Los últimos diez años han sido una sucesión de estadísticas negativas «y el problema no es que no se haya hecho nada en el lago, es que tampoco nos han dejado hacerlo, que no se sabe qué será peor». La lengua glaciar que formó el lago en su día «excavó la roca» y cuando desapareció el hielo, hace millones de años, se formó el lago, «pero por su propia fisonomía, con el paso de los siglos, está claro que los detritos del arrastre de los materiales del barro y las piedras, podrían llegar a formar esta especie de tapón que se ha hecho aquí en la zona esta». «No podemos limitarnos a lamentarnos y no hacer nada más. Simplemente se trata de poner manos a la obra y buscar soluciones cuanto antes, para que los males no sean mayores aún».

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