Las operaciones vivieron un repunte espectacular en el particular zoco lacianiego
Más de 15.000 personas visitaron una edición exitosa de la Feriona
Pese al mal tiempo, la presencia de público fue una de las más altas de los últimos tiempos El certamen de As
A pesar de la intensa lluvia, miles de personas acudieron al reclamo de La Feriona e invadieron las principales calles de Villablino durante la jornada de ayer, para cumplir con la tradición de participar en una fiesta con espíritu ganadero, cuyos inicios se remontan al año 1270, cuando el entonces rey Alfonso X concedió a los hombres de Laciana un privilegio para que pudieran celebrar un mercado, los martes de cada semana. El dato positivo de este año, a diferencia de las últimas ediciones, fue el aumento de las cabezas de ganado en el mercado municipal de Las Rozas, con una presencia predominante de equinos, al contabilizarse un centenar de caballos frente a 48 cabezas de ganado vacuno: vacas y terneros. Repunte en las ventas Respecto a las transacciones, se produjo un pequeño repunte en el número de las mismas, con un costo aproximado de cinco euros el kilo de ternero de aptitud normal, que se eleva hasta los seis euros para los jatos culones, mientras que el precio de las vacas para matanza o cecinas, se situaba en los 30 y los 33 euros por arroba. Por su parte, el precio de los potros oscilaba entre los 420 euros y los 600, mientras que la fluctuación de los caballos era mucho más amplia y dependía del ejemplar, al igual que en lo referido a las vacas denominadas de vida. Por el contrario, el apartado negativo en lo referente al ganado lo aportó, según explicó un ganadero de la zona, la huelga de transportistas que provocó que muchos de los ganaderos de otras zonas no adquirieran ganado en la feria al carecer de medio de transporte. Al margen del ámbito ganado, La Feriona congregó en la capital de Laciana a miles de personas que durante la lluviosa jornada intentaron hacerse un hueco entre la multitud de paraguas para cumplir la tradición de interesarse por el precio de las transacciones ganaderas en el mercado municipal de Las Rozas, regatear con los centenares de puestos ambulantes que convierten a Villablino en un multitudinario mercado y, sobre todo, degustar el típico pulpo de la Feriona, que los establecimientos de la zona saben elaborar con su toque personal, compitiendo en calidad con los numerosos pulpeiros gallegos que tampoco faltaron a la obligada cita, al igual que los tradicionales trileros y carteristas, habituales ya en la cita. Casi un millar de puestos ambulantes se instalaron desde el recinto ferial hasta lo largo de la avenida del Bierzo y las calles adyacentes, además del estacionamiento de vehículos del polideportivo municipal, ofreciendo a los viandantes un amplio abanico de productos de lo más variopinto, desde alimenticios o textiles, hasta objetos relacionados con la agricultura, las antigüedades o la ferretería.