Esposas
ESPOSA TE DOY Y NO ESCLAVA. ¿Era algo así lo que decía el párroco en la unión matrimonial, verdad?. Porque esclava era una pulsera que se llevó en mis tiempos muy mona donde se ponía el nombre de tu amor o se la regalabas a tu amor con tu nombre o tu amor te la regalaba con el suyo, que da lo mismo o lo mismo da. Lo que ya no da lo mismo es que las esposas conviertan en esclavos a los más necesitados, vilipendiados, pobres y humillados seres que se hacinan al lado de unas coronas de espinas de varios kilómetros que a saber si Jesucristo hubiera podido soportar sobre su cráneo tanta espina. Pero diferenciando religiones y mentalidades, todos somos responsables (cada uno en su medida y en lo que su conciencia le dicte) de tanta fatalidad en la mayor parte del mundo. Hasta que cada uno de los que tenemos pan y agua, un techo confortable y un euro para tomar un café, no nos concienciemos de que el hambre es una injusticia que a todos nos hace protagonistas, no se acabará esta lacra que diezma al mundo. Y el mundo somos todos, desde el presidente más poderoso hasta el friegasuelos más digno. La Cazuela de Manuela: Receta: «Desayuno con esposas» Continuando con la palabra esposa que como simple vocablo tiene varias acepciones; es preciosa y notable cuando alguien decide libremente ser la esposa de... Pero se vuelve esclava, y no precisamente de plata u oro como en los tiempos del amor, para transportar a mercancías humanas sin ningún tipo de miramiento. Para esta receta de hoy no quiero poner ingredientes, porque somos todos y cada uno de los que respiramos cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo en este planeta que no sabe de negros, amarillos, blancos o mulatos si ellos son poderosos. Pero se vuelve oscuro, glacial y miserable cuando el humano que deambula por cualquiera de sus caminos no tiene un chavo en el bolsillo. Ahora eso sí, importa un bledo si el tipo que tenemos enfrente ha matado, violado o masacrado a medio centenar de personas si tiene poder y pasta. Porque no hay mayor antisemitismo, xenofobia y racismo que ser pobre. Si un negro es rico, ni siquiera nos fijamos en su color, pero si está sin un penique, no tiene papeles y además es negro, que dios lo coja confesado porque a la mínima le regalan unas esposas compartidas con otro que esté en su misma situación. No, no hace falta para esta receta de hoy ningún tipo de ingrediente o pauta a seguir para su preparación. Yo solo pediría a cada uno de los que hoy lean esta cazuela que reflexionase por un segundo como sería su desayuno si estuviera en el otro lado. En el lado de la pobreza, donde no hay comida, ni agua, ni unas condiciones mínimas de salubridad para poder llegar a los treinta años sano y vivo. Donde la muerte en la frontera, si es que logras llegar, es más digna que la muerte en tu propio país.