La Junta destinará 51.500 euros a los frescos góticos de Cebrones

La intervención de los especialistas en las pinturas murales, de estilo gótico, descubiertas en la parroquia de Cebrones del Río en 1995, tendrá una segunda fase al contemplarse en los presupuestos de la Junta de Castilla y León para el próximo ejercicio una partida de 51.500 euros, según confirmó ayer el jefe del Servicio Territorial de Cultura de la Administración autonómica, Jaime Lobo. Las pinturas, que se encontraron cuando se iba a demoler el templo para construir en su lugar uno nuevo, se encontraban en lo que fue la cabecera de la antigua iglesia. En una primera fase, se invirtieron 63.000 euros en la consolidación de los frescos, que corrían peligro de desaparecer, y en su limpieza. Con la cantidad que se destinará el año que viene al templo se pretende «continuar con el proyecto» de restauración, que contempla sacar a la luz otras pinturas -del mismo tipo y de la misma época-, que se encuentran en las paredes laterales y facilitar que el público pueda contemplar unas pinturas fechadas entre los siglos XIV y XV, que los restauradores calificaron de bastante buenas. El párroco de Cebrones, Felipe Pérez Riesco, acogió ayer con satisfacción la noticia y comparó los murales con «un catecismo en cómic de la vida del Señor, en concreto de su Pasión, y del martirio que recibieron san Lorenzo y san Esteban». El hilo argumental Las catas que revelaron la existencia de más pinturas bajo el encalado de los muros no garantiza que la narración que se puede contemplar ahora continúe, según explicó el sacerdote y consideran, también, los expertos que realizaron la primera fase de la restauración. Pérez Riesco manifestó el interés por conocer «qué se encuentra debajo de las tablas del presbiterio», donde apareció una piedra con un agujero que «podría corresponder a una pila bautismal -lo que sería extraño ya que ésta, al estar destinada al primer sacramento, se situaba en la entrada de las iglesias- o un lugar donde poner una cruz», dijo. Será una verja la que, al parecer, sustituirá a la pared que hoy separa la cabecera de la primitiva iglesia del nuevo templo de Cebrones, cuyo proyecto hubo que modificar tras el descubrimiento de los murales.