CARTA TE ESCRIBO
¿Pantano y especulación?
QUERIDO hermano: Guárdate de los fríos de noviembre, que ya tenemos el Teleno con una pequeña boina blanca en su cumbre; síntoma que por mucho veranillo que tengamos el invierno se nos cuela de rondón. Bueno es que venga, que llegue con agua en abundancia y nieves a manta. A ver si con ello consolamos un poco nuestros ríos que andan en plena agonía, los pobres. Hilillos arrastran, incapaces de limpiar la mucha porquería que arrojamos, insensatamente. Y ante la escasez, ya ves; Villameca como si fuera una palangana, que ni para los vecinos más inmediatos; Donillas y la propia Villameca lloran los desmanes de la confederación y la resistencia incontrolada de la doña Caballero que les niega su pequeña ración; por lo que ahí tienes a Carlos Cabezas, pidiendo la dimisión de tal señora, que los tiene con el martirio de Tántalo. Mientras que para unas piden la defenestración -en verdad que la señora Caballero no puede hacerlo peor, de otras, también relacionadas con el agua, se espera visita. Dicen que para el día 28, de este mismo mes, la señora Narbona, la dueña del plan hidrológico, estará por estas tierras; dicen que desvelará los proyectos que su ministerio tiene para las comarcas de la Valduerna y la Valdería, las cuales llevan más de un siglo clamando. Parece que aquella negativa rotunda a los embalse de Molinaferrera y de Manzaneda ya no lo es tanto; que si no hay embalses habrá alternativas; y algunos ya tocan con la yema del alma una solución al problema que parece enquistado como furúnculo de ciclista. Otros, hermano, me contó el espía cabreirés, esperan tocar euros en cuanto se desvele el misterio de la señora ministra. Se habla - sotto voce - que, con seguridad, en el Eria habrá embalse, habrá pantanada y tierras anegadas; porque se han visto extraños y raros movimientos que pueden considerarse especulativos de cara a un próximo desenlace; se dice que pueden existir informaciones, un tanto privilegiadas, que son los motores de esos presuntos movimientos especulativos. Sí, sí, hermano, que se dice con insistencia, de alguien cuyo nombre no va al caso y de momento me lo callo, pues sé quien es; se dice que está efectuando compra de fincas, en zonas que, en su día, quedarán anegadas, sumergidas, si dicho embalse llegara a ser realidad. Se murmura -y sabes que si el Eria ruge, agua lleva- que los propietarios de esas fincas, casi todos residiendo lejos de los predios, se deshacen de ellas a precios irrisorios; cuyos precios, si hubiere un poco de suerte, pueden multiplicarse en el momento de las expropiaciones. Todo lo cual, querido, es más que sospechoso; el comprador, me aseguran, a pesar de vivir aguas abajo y de ser un defensor de la construcción del embalse, dispone de un móvil bastante fiable en cuanto a la información que le transmite. Y si compra esos terrenos, que valen dos reales, estáte seguro que no es para soltar un rebaño de cabras, apropiado al nombre de la comarca, que bien vendría para una limpieza integral de pastizales y monte bajo. Es lo que hay, hermano. De Morla para arriba no quieren oír hablar del embalse, con la excepción de Ramiro que cae para la cuenca del Sil; por el municipio de Truchas, quieren que la Virgencita los deje como están; y de Torneros a Nogales suspiran que casi pueden regar con las lágrimas. La ministra tendrá tarea si no se nos va por los cerros del Codes o las peñas de San Vicente; y yo te dejo sin el articulado del estatuto maragato; los grupos autóctonos, los pensantes, están deliberando. Los tendrás.