Felices fiestas

QUERIDO hermano: Estamos inmersos en las fiestas navideñas. Tiempo de felicitaciones, de alegrías, de encuentros familiares, de paz y buenas voluntades, también de propósitos de enmienda. Por ello, deseo para ti, y los tuyos, las mejores venturas. De manera, querido, que en ésta voy a obviar las críticas, aunque se las merezcan aceradas, a esas interminables obras del eje monumental de esta ciudad, o a la chapuza del desvío de la nacional 120. Pasadas estas fechas, acaso la bilirrubina salte por los aires. Nada te diré de esos constantes desencuentros en la corporación municipal astorgana; que ante estas fechas, ya has visto, astures y romanos han envainado las espadas que espero no desenvainen al menos hasta que los Reyes Magos les hayan dejado sus respectivos regalos; que sean buenines estos días; después será tiempo de pedir y de rendir cuentas. Como andamos en Navidad, hermano, ni mucho menos voy a poner en solfa a Anxo Quintana, señor del expansionismo y nacionalismo gallego a quien su paisano, el ilustre Menéndez Pidal daría una curribanda por sus excesos; así lo dejó escrito allá por 1947, en aquel iluminador libro titulado Los españoles en la Historia . Algún día volveré a él, al libro, que no tiene desperdicio, aunque mucho me temo que don Anxo no lo haya leído. Es tiempo, hermano, de encuentros y no de desencuentros; tiempo de paz y buenas voluntades. Por lo cual no arremeteré contra ese quijote berciano -que cada vez más se parece a Carod y Quintana- llamado Tarsicio Carballo. Ahora, como has leído días pasados, ya habla de la Región berciana ; o sea autonomía a la vista. Saca los mismos pujos anexionistas que el paisano gallego. Y como se ve que buenas viñas hay en Valdeorras, donde no lo dejan vendimiar, tira hacia otros montes. La presunta anexión de Palacios del Sil al consejo comarcal, ese ente difuso y confuso de buenas colocaciones, le da alas a Tarsicio que reclama, al buen estilo del ex alcalde de Allaríz, la incorporación del municipio de Encinedo que radica en la comarca de La Cabrera. La cual tiene tan vieja denominación de origen, tanta crianza y tanta solera como puede tener la del Bierzo; que pregunte si no cuándo había condados y tenencias, condes y tenentes que se llamaban de Ribera y Cabrera. Item más, el bueno de Tarsicio, ahora quiere anexionarse el municipio de Truchas en un salto cualitativo, y cuantitativo, del puerto de Carbajal. O la reivindicación que hace de las dos poblaciones cepedanas de Montealegre y La Silva. De todo ello y estas aspiraciones anexionistas bercianas, que cualquier día las soltarán los miembros del consejo, pues algo ya han hecho, hay mucho que hablar. Pero hoy no, hermano, que estamos en Navidad, y no es tiempo de soltar galgos y podencos, a no ser detrás de alguna liebre despistada; que podencos según la definición que de la palabra tiene Nolete estamos bien servidos. Y nada te diré sobre ese estudio que la ministra Narbona, en su no visita a la zona, ha dicho se hará sobre la posibilidad del embalse de Cobanallo sobre el Eria; o de su silencio sobre el Duerna con mucha tela que cortar. Porque es tiempo de felicitaciones y parabienes -con las debidas reservas no vayamos a caer en el cepo de la Zepa- a los del circuito de La Bañeza. Tiempo de plácemes y buenos deseos que hasta Nolete los ha sacado a pasear. No voy a ser menos; así que recibe mis felicitaciones; que el Niño Dios os colme de bendiciones; escribe a los Reyes que, con toda seguridad, algo te traerán. Felices Fiestas.