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| Entrevista | María Luisa Alonso Núñez |

«La investigación crea conocimiento»

Analiza el comportamiento de una levadura como paso previo a la preparación de fármacos para el hombre, y aspira a trabajar con células madre y a estudiar el cáncer

María Luisa Alonso posa en la farmacia de su familia, en la que se forjó su vocación investigadora

Publicado por
Maite Almanza - astorga
León

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Nació en Astorga hace 26 años, es licenciada en Farmacia, está terminando Bioquímica y realiza su tesis doctoral en Microbiología y Genética, con una beca de investigación del Ministerio de Educación para trabajar en el Instituto de Microbiología Bioquímica de la Universidad de Salamanca y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (Csic). -¿Cuál es su labor en la actualidad? -Estudio una levadura muy cercana a la de la cerveza. Las levaduras y hongos que causan enfermedades poseen una estructura común que no tienen las células humanas. Estudio dicha estructura como punto de ataque de nuevos fármacos contra los hongos. Es una labor importante para las personas con bajas defensas, como las que padecen sida, reciben tratamientos fuertes de quimioterapia, o han sido objeto de algún transplante. Estos hongos, normalmente, no son demasiado peligrosos, pero para estas personas pueden resultar letales, y los fármacos antifúngicos que existen hasta ahora no son muy efectivos. -¿Qué métodos utiliza? -Técnicas de ingeniería genética, como retirar genes que quiero estudiar para ver cómo se comporta la célula sin ellos, o estudiar qué les pasa a otros genes relacionados cuando retiro uno, ya que al hacer esto se interrumpe el proceso de creación de algunas proteínas. Para aprender algunas técnicas estuve dos meses en Nashville (Tennessee, Estados Unidos) en el 2004 y otros dos en Glasgow (Escocia, Reino Unido) en el 2005. También trabajo bastante con radiactividad. -¿De qué forma? -La radiactividad que usamos es una solución líquida que se inserta en pequeñas porciones de ácido nucleico para localizarlo en el experimento y estudiar su comportamiento. -Precisará protección, ¿no? -Sí, todo se realiza tras unas pantallas de metacrilato, y los recipientes tienen plomo por dentro para parar la radiación. Llevamos doble guante en las manos y una bata, y portamos un aparato que mide la radiación que recibimos. Este medidor se cambia mensualmente y cada año se envía al centro nacional de seguridad nuclear para hacer una lectura de la exposición total, ya que la ley fija un máximo, muy pequeño, de radiaciones que se pueden recibir al año. -¿Cómo se plantea su futuro? -Quiero seguir mi carrera investigadora haciendo un postdoctorado. Para ello lo habitual es salir al extranjero tres o cuatro años con un proyecto propio del laboratorio donde vayas. Tienes que conseguir que te acepten y buscar financiación en organismos autonómicos, nacionales o extranjeros, según los casos. Me gustaría trabajar con células de mamíferos, tanto humanas como de animales, para dedicarme al campo de las células madre o el cáncer. Todas las técnicas utilizadas para estudiar los genes en levaduras pueden aplicarse también, con sus modificaciones, en células de mamíferos. -¿Por qué eligió dedicarse a la investigación? -Mi familia tiene una farmacia en la plaza Mayor de Astorga, y siempre estuve interesada en este campo. La investigación es lo que más me llenaba de la carrera, en lugar del trabajo farmacéutico convencional. En investigación estás creando conocimiento nuevo, y eso te supone que todos los días son un reto, porque sabes que con tu trabajo estás ayudando a mejorar la calidad de vida de los enfermos. -¿Qué aspecto es el menos satisfactorio de su labor? -La situación laboral de los becarios, que no es tal porque no nos consideran trabajadores, pese a que en España la investigación se basa en nuestro trabajo. En el año 2000 fue fundada a nivel nacional la Federación de Jóvenes Investigadores Precarios, que tiene asociación local en Salamanca y en León. Yo formo parte de la junta directiva de la federación nacional, y estamos luchando para defender una carrera investigadora digna. Con el Gobierno anterior y con el actual reclamamos un estatuto del personal investigador en formación, que estamos a la espera de que se apruebe este mes. Ello paliaría al menos en parte la mala situación de este colectivo, causante directa de la fuga de cerebros al extranjero, donde las condiciones de trabajo son mejores.

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