Diario de León
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MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO hermano: Pues mira, esto está en una calma chicha que me sorprende, todo normal. El único exaltado es Isidro pero, como nunca le había hecho caso, todo lo que viene es continuación del capítulo antecedente. Eso sí, como soy absoluto cumplidor de ley, aunque no me guste la misma, lo llevo a rajatabla. Desde el día uno, ni gota de humo en los lugares públicos, oficinas o despachos. Sin embargo, me queda una duda que tendré que consultar, por supuesto sin prisa alguna. Te la anticipo, y tú me dirás; en estos momentos, mientras te escribo ésta, mi biblioteca se ha convertido en lugar de trabajo; hermano mío ¿puedo, o no, fumar? Me asalta una duda existencial y legal, porque en este punto si la ocasión se presentara me hago insurgente, acudiendo e invocando el fuero de las libertades; y si preciso fuere al del acratismo total; pues en pasando el dintel de mi vivienda la única autoridad que admito es la de la santa, teniendo en cuenta lo que me soporta. Así que, aquí me tienes, dándole a las labores liadas y poniendo la cazoleta al rojo vivo por aquello del buen cazador que hace a pelo y a pluma; y cuando la ley impone ayuno, pues se ayuna, que algún día puede ocurrir lo que con la Santa Iglesia, que se despachen bulas para fumadores, que no será mal sistema de recaudación. De todas las maneras, quiero dejar constancia que, desde mi punto de vista, ha resultado una ley chapucera, pues casi todos los peces se le han escapado de la cesta. Demasiados agujeros tenía. Con los Reyes contento, aunque se hayan olvidado de traerme la pipa de brezo que les pedí, una monada que vi en un estanco. Me temo que tras el olvido estaba la ministra, pero se fastidia que a cambio no pongo en esta misiva su nombre, porque me pasa lo que al 80% de los españoles; que no lo sé. Por eso no voy a cabrearme que lo que me sobran son pipas, hasta para colección y si no recurro a Honesto el de Lucillo que sigue haciéndolas de artesanía. Esa tranquilidad que me embarga no la comparte nuestro alcalde Juanjo, que le han fastidiado las fiestas y entrada de año con ese programa de La 2 sobre la que llaman Ruta Vía de la Plata. Y no es para menos, que chapuzas de esta índole vienen pariéndolas desde hace unos cuantos años con un engendro que va de Gijón a Sevilla. El primer capítulo fue de escarnio; el segundo será esta tarde y ya veremos. Las manifestaciones de Juanjo, defendiendo la historicidad de la Vía de la Plata y el trayecto real, no le gustaron nada a Jorge, su homónimo de Santa Elena de Jamuz, pues ellos andan arrimando su sardina al ascua de la vía; lo cual alabo, que para eso lo eligieron alcalde, para defender, pregonar y promocionar los valores de su municipio, aunque éste se encuentre fuera de los límites. Vamos a ver, ahora, cómo arreglan el roto que se hizo, entre la ministra Calvo y la consejera Clemente. No me fío un pelo de sus intenciones, que de siempre las han tenido torcidillas, aunque ande Raimon, el de San Cristóbal, de por medio. Y no me fío porque en el comunicado conjunto que han aireado repiten como el ajo de Villares; ahí vuelven a estar Sevilla y Gijón, ahora con el añadido de Galicia que se ve quieren contentar a Anxo Quintana el anexionista . Como sigamos así la Vía de la Plata llegará mucho más allá del Moncayo y cuando Carod Rovira se entere la tenemos liada. Acabo, hermano, de leer un excelente y documentado libro del ingeniero Durán sobre Puentes romanos en Hispania . Un pero: en la página 91 deja una nebulosa, más bien espesa niebla, entre la Vía de la Plata y la ruta 24 antoniniana de Mérida a Zaragoza. Hasta el Pilar podemos andar un día de promoción Total que con fumatas y vías se queda el estatuto maragato para otra ocasión. Antes tendremos el de la UPL, que llaman de León y Castilla camino de la segregación. Y antes el de Cataluña. Ya te contaré.

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