Los refranes volvieron a deleitar a la vecindad en la tradicional fiesta de venta de las roscas, pese al frío
Un año más, la localidad de Las Grañeras rindió culto a su patrón, San Antonio Abad, y pese a que los actos principales se adelantaron al pasado domingo, donde se procedió a la bendición de un reducido numero de mascotas y animales para recibir la bendición solemne, la realidad no fue otra que el comprobar como nadie de cuantos residen en esta pequeña localidad, renunció a prestarse a acompañar al patrón por las diferentes calles. La venta de las roscas, que este año incluyó la novedad de las rebajas, puesto que, pasado el día principal, se facturaron al 50%. Y es que ni el mal tiempo reinante que ofreció la mañana donde la nieve y la lluvia se acompañaron de ese frío que se mete en los huesos de todo el cuerpo. Tras la celebración los presentes disfrutaron atentos al ya no menos tradicional recital. Nadie escapó del verbo de Leonis, que como cada año, hizo sabio uso del refranero popular, azotando a los colectivos que afectan a la villa con unos ricos y rebuscados dichos, pensados en su domicilio de Valladolid, para compartir con sus amigos y residentes de Las Grañeras. Los refranes fueron atentamente escuchados durante el tiempo que fueron recitados, solamente interrumpidos por redobles puntuales de la dulzaina y el tamboril. Los aplausos completaron una bien ganada ovación.