Diario de León
Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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DE VEZ EN CUANDO uno, puede llenar esta casi media página, que semana tras semana escribo (tratando de que sea una crónica de la realidad lacianiega), de algo trascendente. Hoy así es. Vamos a tratar de un nacimiento, y, como suelen venir todos los nacimientos este llega cargado de esperanza. Anunciaba en días pasados la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Villablino, Maria Isabel Gómez la creación del Centro de Estudios Lacianiegos (por nombrarle de alguna manera). Algo, a lo que ella llevaba dándole vueltas desde hacía tiempo y que por fin alumbra. Y algo, que todos los lacianiegos de bien deberíamos de apoyar en la medida en que podamos. Los comienzos no podrían ser mejores, pues empezar la andadura con las bendiciones de personas del peso de Luis Mateo Díez (académico de la RAE), Roberto González-Quevedo (académico de la Asturiana), el pintor Manolo Sierra..., por citar los más conocidos, es algo que no ocurrirá en muchas asociaciones que intenten echar a andar. No por abarcar muchos y diferentes campos será el centro, algo inalcanzable, sino todo lo contrario, al tratarse de acoger bajo el mismo paraguas, cuestiones tan complejas como la recuperación de las tradiciones, la historia, el arte, la arqueología, la etnografía, la lengua, la gastronomía, todas ya de por sí ligadas entre ellas, y a la vez independientes las unas a las otras. Laciana ha sido una tierra que desde el comienzo del pasado siglo sufrió una gran invasión humana, como todos sabemos debido a sus explotaciones mineras. De ser una tierra esencialmente agrícola y ganadera, con una economía de subsistencia y con un aislamiento secular, que lejos de ser un impedimento sirvió para que continuase teniendo una cultura tradicional plena, que añadida a las enseñanzas adquiridas gracias a la Institución Sierra-Pambley, la mantuvieron a la cabeza en cuanto a la exportación de grandes hombres hacía el exterior. Pero, tras más de medio siglo durante el cual el personal foráneo, siempre fue superior en numero al de la tierra, se llegó al extremo en el que todas nuestras tradiciones habían caído en el saco del olvido. Esto, unido a la poca o nula atención que siempre se ha prestado desde todas las instituciones, debido en gran parte a una falsa pretensión de que lo tradicional no vende y no es progresista; han conseguido que Laciana se haya convertido en un erial, habiendo sido antaño un ejemplo a seguir por el resto de la provincia. Por eso, simplemente con el anuncio de la creación del Centro de Estudios Lacianiegos (o como le quieran nombrar), sea este una asociación, una fundación o lo que quieran que sea, ya es motivo de júbilo para aquellos que sabemos de nuestras carencias y creemos en el acierto de la concejala de Cultura de echar a andar algo que venga a llenar ese vacío existente. Además me consta, que desde el Ayuntamiento solamente se pone la semilla de la que surgirá ese árbol frondoso, que pronto será devesa. Sé que una vez eché a andar el proyecto, lejos de politizarlo, desde el Ayuntamiento se dejará al centro en total libertad para que progrese, no poniéndole las milyuna trabas que siempre se ponen a aquello que quiere tenerse controlado. Hoy podemos sentirnos todos alegres de ver que en Laciana comienza a brillar una entidad que aglutinará todo aquello que signifique de alguna manera cultura. Posiblemente desde este centro, se llame como se llame, puede comenzar a sembrarse el valle de un futuro que hasta ahora veíamos demasiado incierto.

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