Habrá medidas especiales para evitar que la zona de protección para las aves sufra deterioros
El informe ambiental del circuito no exige un proyecto técnico previo
El director del estudio pide paciencia «hasta que se presente la segunda parte»
«La ley no exige un proyecto técnico para realizar un estudio de impacto ambiental, pero también es cierto que hay que ponerse en el papel de la Administración competente en la materia, en este caso la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, para ver qué desea», manifestó ayer el director del estudio medioambiental redactado para el circuito de velocidad, José Antonio Rodríguez Barreal, que señaló que «hasta el momento se ha presentado una primera parte a la que seguirán las medidas compensatorias y preventivas, con la que conseguiríamos que la zona de especial protección para las aves (Zepa) no sufriera deterioro» a consecuencia de la construcción del circuito. Rodríguez Barreal, doctor ingeniero de Montes y catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, explicó ayer, en declaraciones a este periódico, que en la elaboración de la primera parte del estudio se ha tenido especial cuidado con los aspectos legales relativos a los estudios de impacto ambiental, como queda reflejado en la introducción a la primera parte. El informe Así, según la normativa que se ha seguido en su elaboración, el informe detalla cada una de las fases previstas para la construcción del circuito, desde la primera, que prevé la pista, boxes, cerramiento e instalaciones con capacidad para 7.000 espectadores a la cuarta, que incluye desde un helipuerto a túneles que faciliten la llegada de los servicios de emergencia a los distintos puntos del trazado. Posteriomente, se explican las alternativas al proyecto, para, después, entrar en factores medio-ambientales concretos, en los que se analizan desde la composición del suelo, la hidrología y la climatología del lugar hasta el tipo de vegetación y la fauna, con una valoración de las especies de aves protegidas que dieron lugar a la declaración de la zona de zona de protección de aves y, por tanto, su inclusión en la Red Natura 2000, al amparo de la normativa comunitaria. Prevención Los últimos tres capítulos del estudio consideran las alteraciones que producirán las obras en los terrenos y las que serán consecuencia del funcionamiento de la instalación, así como las medidas de prevención que habrán de adoptarse ante éstas. Por último, se avanzan algunas ideas sobre las medidas protectoras, compensatorias y correctoras que garanticen la preservación de la Zepa, así como un plan de vigilancia ambiental.