Los niños no van a la guerra

El próximo 12 de febrero se celebra el día contra la utilización de niños y niñas usados como soldados, por ello un grupo de alumnos del Instituto Vadinia de Cistierna de tercero y cuarto de la ESO y de primero de Bachillerato han puesto en marcha diversas actividades para recordar que en las guerras muchos niños son utilizados como soldados. El primer acto que se ha celebrado ha sido una conferencia y una charla para debatir esta problemática que se pone más de manifiesto en muchos de los países del continente africano. Los alumnos han podido conocer la situación que viven muchos niños en África que son utilizados para la guerra. Además los alumnos de tercero de la ESO han recortado en cartulina roja la forma de sus manos donde ha escrito mensajes que han sido colocados a la entrada del centro en un gran mural. Las manos rojas es el símbolo de protesta que utilizan organizaciones no gubernamentales como la coalición contra la utilización de niñas y niños soldados. Las manos permanecerán hasta el día 12 de febrero y pretender recordar a todos los problemas con los que se encuentra muchos niños que nacen en países que se encuentran en conflictos bélicos. Estas actividades se encuadran dentro de las tutorías del centro y han contado con la dirección de la profesora Maite López Luengo. En más de una veintena de países de todo el mundo existen niños y niñas involucrados en conflictos armados y se calcula que hay unos 300.000 menores de edad combatientes, de los cuales una gran parte son niñas que en muchos casos sufren violencia y abusos sexuales. Los alumnos participantes en esta campaña reivindicativa han enviado una carta al presidente de la república democrática del Congo, Joseph Kabila y al embajador de este país en España en la que se dice: «Somos un grupo de estudiantes de un instituto de la provincia de León, en España, y le escribimos para expresarle nuestra preocupación por la situación que están viviendo en su país miles de niños y niñas, a veces menores de 10 años, que han sido reclutados por grupos armados, que los someten a palizas y violaciones y los obligan a cometer graves abusos contra los derechos humanos. Es el caso de Rosy, violada por sus jefes y obligada a luchar. Le pedimos encarecidamente que su gobierno proteja a los niños y niñas contra esta práctica que viola la convención de los derechos del niño y que apoye a los grupos y personas que trabajan por erradicarla y que se esfuerzan por su rehabilitación. Así mismo le rogamos que las personas que cometen tales violaciones de derechos humanos no queden impunes y sean llevados ante las justicia». Al texto le acompañan más medio centenar de firmas de jóvenes del centro que en sus mensajes en las manos rojas demandan una mundo donde predomine la paz.