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| Reportaje | La proclamación de la Musa de carnaval |

La dama de la juerga y su juglar

Andrea Gómez Crespo se erige en referente de la próxima mascarada, en un acto en el que el bañezano Santiago Fuertes exaltó los diferentes aspectos de los festejos de Don Carnal

Andrea Gómez atraviesa la pasarela de la sala de fiestas, instantes antes de su coronación

Publicado por
Alberto Domingo - la bañeza
León

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Fue en año olímpico, en 1992, cuando la primera musa del carnaval, Elena Castaño, bajó del Olimpo para guiar a los bañezanos en su desenfreno carnavalero, en ese volver las cosas al revés que, por antonomasia, mantiene la belleza femenina en el alto lugar que le corresponde. No es por tanto extraño que la musa sea ensalzada y que, a su lado, siempre haya quien le cante su dulzura: el juglar. Y así, como no podía ser de otra manera, la joven Andrea Gómez Crespo se llevó todo el protagonismo de un acto en el que diseño las coreografías de inicio y cierre, pero cediendo unos minutos de gloria al bañezano Santiago Fuertes Carracedo, que se ciñó a su papel exaltando a la musa y al carnaval bañezano en prosa y en verso. Con la sala de fiestas Ramses II llena de público, como es costumbre, la proclamación de la musa la abrieron dos componentes del club de gimnasia bañezano, que ejecutaron el baile diseñado por la propia musa, basado en el musical Grease . Y fue después cuando el Grupo Salsa, organizador del acto, rindió homenaje a la copla -el año pasado le tocó el turno a la zarzuela- con canciones de Juanito Valderrama y Dolores Abril, de Pepe Blanco y Carmen Moral, y un cuplé de Sara Montiel, que dio paso al dúo Pimpinela, para cerrar, de vuelta al género inicial, con un popurrí de Manolo Escobar. Ocho actores aficionados, miembros de Salsa, dieron vida a los prestigiosos artistas, debidamente ataviados y con el número bien ensayado, pero en playback . Tras el espectáculo de revista llegó el acto central, el de coronación de la musa, con Vanessa Castro apurando sus últimas horas de reinado, bailando, sobre la pasarela, al son de Ritmo de la noche , con el traje de musa que lució el pasado martes de carnaval y que vestirá por última vez el próximo fin de semana, en el primer desfile de las carnestolendas de este año. Música clásica cargada de solemne dramatismo -la Quinta sinfonía de Beethoven- para recibir a Andrea Gómez Crespo, que lució un elegante traje de noche. Vanessa Castro coronó a la nueva musa, a las que sus antecesoras en el puesto Natalia Silva, en el 2004, y Laura Jáñez (2003), le entregaron la banda y la capa. La reina de las fiestas, Ivana Cabero, que no desmerece como tal durante las honras a Don carnal, le entregó un ramo de flores y el juglar del año pasado, Emilio García. Fauna carnavalera Entró en escena el juglar, que puso a los pies de la emperatriz de la mascarada «a nuestras madres, a nuestras hermanas,... disfrazadas de costureras, dando los primeros o los últimos pespuntes con el traje con el que vamos a correr el carnaval», al grupo de personas que, hace treinta años, «intentó dar un giro al carnaval, implantando lo que después fue el fastuoso desfile del martes», a los grupos carnavaleros y a una «juventud que ha tomado el testigo de la responsabilidad y veloz y reflexiva trata de recorrer el relevo que impone la vida», ironizó. Fuertes recordó sus vivencias particulares del carnaval, en las que ha sido desde «la novia del hijo de mi padre» hasta pájaro -«no de cuidado, un pájaro de plumas, como debe ser»- e incluso «me vestí de menina velazquina; yo era una menina y la otra... si quiere el que lo diga. ¿Lo dice, señor alcalde, o lo digo yo?». El juglar concluyó en verso festivo y, en alguna estrofa, con el mordiente satírico que precisa el ripio que se compone para todo buen carnaval. El presidente del Grupo Salsa, José Blanco, cerró el acto con los oportunos agradecimientos. La proclamación de la musa, prólogo del carnaval, anuncia lo que ya es evidente, unas fiestas que muchos preparan desde hace meses.

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