Ferrero asegura que la venganza motivó la querella por acoso sexual

La tormenta estalló en julio de 2002, cuando se supo que la ex concejala de San Esteban de Nogales Sagrario García había interpuesto una querella criminal contra el que fue alcalde, Benedicto Ferrero Pérez, por acoso sexual. En León se quiso ver un segundo caso Nevenka -el escándalo entre el regidor de Ponferrada y la edila Nevenka Fernández- fresco aún en la memoria de los leoneses, mientras la noticia saltaba a los medios nacionales y se convertía en el culebrón del verano. Pero la querella criminal se quedó en la instrucción -archivo que, meses después, confirmó la Audiencia provincial-, para continuar el proceso civil que se había abierto en Valladolid tiempo antes, cuando Ferrero denunció a Sagrario García por haber lesionado su derecho al honor al asegurar en concejo abierto que le acosaba sexualmente. El año pasado, el Juzgado de Primera Instancia Número 2 de Valladolid condenó a la concejala y, hace una semana, la Audiencia vallisoletana ratificaba la sentencia íntegra, con una indemnización por daños morales a Benedicto Ferrero de 30.050,60. Ahora, Ferrero, el que fue supuesto alcalde acosador y al que no se le imputó delito alguno y al que las cuatro sentencias dictadas sobre el caso han dado la razón, tildando de artimaña la querella criminal, rompe su silencio para expresar su agradecimiento a los apoyos que ha recibido durante «cuatro años y medio de una pesadilla y gorda para mi mujer, mi hija y mi familia y mis amigos, que no se la deseo a mi mayor enemigo». «Nunca dudaron de mí» La denuncia de Sagrario García no supuso, según Benedicto Ferrero, que su esposa desconfiara de él, sino al contrario: «Mi mujer y la familia de mi mujer nunca han dudado de mi comportamiento y han sido mis mejores aliados». Sin embargo, el asunto provocó que «mi hija, que entonces tenía 17 años, perdió un curso y tanto ella como mi mujer y yo hemos estado bajo tratamiento psiquiátrico durante mucho tiempo. Sólo apoyándonos unos a otros hemos salido de un infierno que creó una persona cuya vida es una mentira», sentenció el ex alcalde de San Esteban. Del mismo modo que en su vida privada, los hechos influyeron en su pequeño negocio y en los cargos de dirección ejecutiva que ocupa Ferrero en otras empresas, aunque el daño «fue poco, porque los empresarios con los que trabajo me conocen como persona y, así, mantengo los mismos o mejores puestos que desempeñaba». En cualquier caso, el perjuicio «me importa un bledo y lo único que me hace sentirme feliz es que en la querella criminal no sólo el juez, sino también la Fiscalía, le dijeron a esta individua que se trataba de una venganza y en el proceso civil le dijeron lo mismo». La política Queda dolor en Ferrero por las declaraciones de la concejala y su marido, Emilio García Visón, recogidas por la prensa «en las que ella alardeaba de que no necesitaba vivir de la política y yo sí, e incluso se me atribuían irregularidades. A parte de que tengo lo que cualquier familia puede conseguir trabajando durante treinta y seis años, a su marido no interpongo hoy mismo una querella criminal por lo que dijo en los periódicos porque ya ha fallecido, pero nadie puede decir que me he enriquecido ilegalmente, cuando he dedicado a mi trabajo trece y catorce horas diarias». De su gestión como alcalde, a cuyo equipo de gobierno perteneció Sagrario García, Benedicto Ferrero explica que «no me interesa la política lo más mínimo, lo que me importa es mi pueblo» y expresó que le alegraría «mucho que alguien mejore lo que se hizo». Sobre la indemnización que le corresponde, de 30.000 euros, Benedicto Ferrero señaló que «me importa un pepino el dinero de esta persona, pero a ver si ahora se va a declarar insolvente, cuando decía poder vivir bien sin la política». «No viviré años para agradecer a mi suegra y a mis cuñados, así como al resto de la familia y a mis amigos -que me han demostrado que han sabido serlo-, el apoyo que me prestaron. Y quiero mostrar un especial agradecimiento a aquellos vecinos de La Bañeza que me paraban por la calle para animarme y decirme lo que verdaderamente pensaban de ella. Sólo hay unas personas a las que no voy a agradecer nada; aquellos a que han querido servir a Dios y al diablo, que han querido tener contentos a unos y a otros, que los ha habido», concluye Ferrero. «No viviré años para agradecer el apoyo que he recibido de mi suegra y de mis cuñados, del resto de la familia y de mis amigos» «Si no denuncio al marido de esta señora por sus declaraciones en prensa es porque ya ha fallecido» BENEDICTO FERRERO Ex alcalde de San Esteban