Diario de León

| Reportaje | Festival internacional de magia |

Del pañuelo al escapismo

El público astorgano disfrutó de una gala de ilusionismo en la que la variedad de estilos de los artistas, de la magia cómica a números más complicados, fue uno de los alicientes

Dos voluntarios ayudan a encerrar a uno de los artistas en una caja de la que salió sin abrirla

Dos voluntarios ayudan a encerrar a uno de los artistas en una caja de la que salió sin abrirla

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A. Domingo - astorga
León

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El Teatro Gullón acogió ayer una gala especial: el Festival Internacional de Magia Ciudad de Astorga, una producción del mago local Karim, que ha coincidido, en su tercera edición, con el fin de semana de Piñata. El público, formado por niños y grandes, ansiaba un espectáculo, que, a tenor de su respuesta, no le defraudó y en el que se pudo ver desde el truco más simple hasta los más espectaculares escapismos, en una mezcla de estilos que sirvió para dar un mayor lucimiento. Los trucos del organizador, Karim, entre cada uno de los actos, acompañado siempre por algún niño, y envueltos por el buen humor, aunque el chiste fue, en alguna ocasión, más que fácil, ayudaron a que la velada resultase especialmente corta, pese a que, al cierre de esta edición, habían trascurrido ya más de hora y media de espectáculo. Las dosis de emoción se administraron con acierto: de menos a más, para concluir en apoteosis. Así, del sencillo Jandro del primer número (un pañuelo, unos papeles), al que luego devoraría un peluche, pasando por un Xavi Tapias que practicó un ilusionismo de reciclaje. La magia, que antaño fue blanca o negra, en Astorga fue ayer ecológica y el artista creó, con elementos de desecho, un robot que, de manera inexplicable, cobró vida. La mezcla de ingenio y buen humor que se derrochó en un principio dio paso a un número más espectacular, en el que Yunke, de Castellón, con su ayudante, protagonizaron algunos números que, si bien recuerdan al de otros espectáculos, no por eso carecieron de originalidad y, como era de esperar sorprendieron al patio de butacas. Lo más espectacular El mago introdujo a su compañera en una simple caja de cartón que, después, atravesó con varas de madera, sin dañarla, después de haber escapado de una sólida caja de madera en la que se introdujo con grillos en las manos y cuya tapa clavaron dos voluntarios del público. Una suerte de extraña máquina sirvió de nuevo para que la ayudante fue atravesada por varas, esta vez metálicas, con la posterior desaparición del ilusionista, que regresó al escenario entre chispas. El francés Norbert echó mano de las cartas, para manipular a un público que, ya al final del espectáculo, estaba entregado y se había entregado a los artistas. La Piñata fue ayer, como había anunciado Karim en su pregón, más mágica que nunca, mientras que la iniciativa del certamen de ilusionismo va consolidándose con el paso del tiempo.

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