Una fundación impulsa el proceso de canonización de tres enfermeras

La Fundación Enfermeras Mártires de Astorga, creada en el obispado y con personalidad jurídica eclesiástica y civil, ha solicitado la instrucción de la causa de canonización de las jóvenes sanitarias de la Cruz Roja que fueron martirizadas en Somiedo cuando atendían a los heridos de guerra en 1936, según indicaron ayer fuentes del propio episcopado. La apertura del proceso, en su fase diocesana, comenzará hoy a las 12.00 horas. Octavia Iglesias Blanco, de 41 años; Pilar Gullón e Yturriaga, de 25; y Olga Pérez-Monteserín Núñez, de 23, nacieron, respectivamente, en Astorga, Madrid y París, aunque residían en la capital maragata. Colaboraron en actividades pastorales de su parroquia y en obras de finalidad apostólica y social y, tras realizar un curso y obtener la calificación de damas enfermeras de la Cruz Roja Española, al estallar la guerra civil se ofrecieron voluntarias para atender a los heridos en el frente. Siempre según fuentes del obispado, el 27 de octubre de 1936, cuando prestaban servicio en el Hospital de Sangre de la localidad asturiana de Pola de Somiedo, «fueron apresadas en el golpe realizado por las milicias marxistas ese día a las fuerzas nacionales», y al día siguiente «fueron asesinadas por milicianos marxistas», indica el comunicado remitido por aquél. El 30 de enero del año siguiente fueron exhumados de una fosa común, situada a quince metros de distancia del lugar del supuesto martirio, los restos de las tres enfermeras -inhumados con posterioridad en la Catedral de Astorga-. De ello fue levantada acta que se conserva archivada en el fondo documental de la causa, en el obispado. Presiones Las citadas fuentes aludieron a testimonios recogidos de entre residentes en Pola de Somiedo para señalar que las jóvenes, una vez hechas prisioneras, «recibieron presiones para abdicar de su fe, pero dieron muestras de gran fortaleza cristiana en mantenerse firmes en su ideal», además de asegurar que «durante la noche previa a la ejecución los milicianos rojos abusaron de ellas». La mencionada fundación solicitó que la tramitación de la causa sea realizada desde Astorga por residir en la ciudad y estar sepultadas en ella las tres sanitarias. En el proceso iniciado serán llamadas Enfermeras Mártires de Astorga. La iniciativa, según el obispado, cuenta con las canónicas autorizaciones del Arzobispado de Oviedo y la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos. El prelado de la diócesis, Camilo Lorenzo Iglesias, nombró un tribunal diocesano para que instruya el proceso de declaración de martirio, que está compuesto por Marcos Lobato Martínez, vicario general, como juez delegado; Manuel Sierra López, rector y profesor del seminario, como promotor de justicia; y Purificación Arce Alonso, notaria del obispado, como notario-actuario. Comisión histórica Además, existe una comisión histórica encargada de la investigación y valoración de la documentación relacionada con la vida y los hechos del martirio, que preside el profesor del seminario Máximo Carracedo Sancha. El citado órgano comenzó sus trabajos hace varios años, bajo la dirección de María Ángeles de Santiago Hernando, postuladora especializada en esta actividad. El tribunal tomará declaración a más de veinte testigos, en su sede en el obispado o en los domicilios de éstos cuando no puedan desplazarse. Esta labor «comenzará inmediatamente y durará el tiempo necesario para realizar esta fase con el exhaustivo rigor y diligencia que la Iglesia utiliza especialmente en estos procesos», señaló el episcopado. Una vez concluya la fase diocesana, y antes de su clausura por el obispo de la diócesis, las declaraciones serán enviadas a Roma para su análisis y estudio en la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos. La postuladora de la causa, Silvia Correale, aunque reside en Roma, estará presente en el acto de apertura de hoy, junto a María Ángeles de Santiago, que vive en Madrid.