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Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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RESULTA QUE en el Concejo de Laciana, como al profesor Laureano Rubio le gusta que se le llame, bien documentado por cierto, pero al que muchos también le llamamos El Valle, entre otras cosas porque así se le denominó desde antiguo, para distinguirlo de las tierras hermanas: de la montañosa Babia, de Omaña, de Luna, de todos estos paisajes tan distintos y tan iguales que nos rodean. Pues, como digo, en el antiguo y patriarcal Concejo de Laciana, como bien lo definió aquel don Florentino Agustín Díez, andan hoy en debates para que todo el entorno goce de la figura de parque natural, una de las más relevantes en el campo de la preservación de la naturaleza. Uno se pregunta, si no tendrá Laciana ya demasiadas figuras, y poco quien defienda el que estas tengan un contenido real. Somos ZEPAs, zona de especial protección de las aves; somos LIC, lugar de interés comunitario; tenemos un Plan de Protección del Oso Pardo Cantábrico; otro del Urogallo; somos, desde julio de 2003, Reserva de la Biosfera. ¿Sirve para algo todo este montón de figuras proteccionistas o todas ellas son solamente títulos para colgar, muy bien enmarcados de la pared; para llenar alguna cabecera de papeles oficiales y para poco más?. No es que yo esté en contra de que Laciana forme parte del Parque Natural del Alto Sil, como por derecho le corresponde, sino que para que esto tenga lugar deberíamos de aclararnos nosotros primeramente y luego definir lo que realmente queremos. Nos quejamos muchos y mucho (a nivel nacional), de que mientras todos los partidos tocan la misma sinfonía, con mejor o peor afinación, PSOE, IU, los nacionalistas, etc, el PP no sólo toca otra diferente, sino que lo hace tan desafinado que interrumpe la que los demás tocan. Pues aquí, por estos valles sucede lo mismo en todo. Si los que gobiernan son los unos, los que ponen espeques en las ruedas para que el vagón no ande son los otros, y viceversa. Ahora son los socialistas los que, de nuevo, ponen trabas para que Laciana pueda defenderse legalmente de los ataques medioambientales que día tras día sufre, entorpeciendo las iniciativas encaminadas a que Laciana entre a formar parte del Parque Natural del Alto Sil. Los mismos que permitieron a MSP campar a sus anchas; los mismos que dejaron sin desarrollar la Reserva de la Biosfera; siempre son los mismos los que tratan de impedir que Laciana pueda tener otro futuro. ¿Alguien se ha molestado en tratar de informarse lo que el Parque Natural de Somiedo significó para el concejo somedano, que de tener cuatro pensiones ha pasado a ofertar al visitante 1200 plazas hoteleras?; ¿que de tener una media de 12 cabezas de ganado por granja han pasado a explotar las mismas con 25, mínimo aconsejable para sacar un rendimiento?. Pero claro, nadie se molestaría en escuchar a Belarmino Fernández Fervienza, alcalde la Pola de Somiedo, cuando dice: «Nadie pone en duda la conveniencia del Parque, no porque todos los paisanos sean conservacionistas, sino porque la propia gestión les favorece». Lo fundamental para que una comarca despegue y defienda otros usos diferentes a los que hasta el momento hubo, es el apoyo convencido, primeramente de los representantes municipales. Si estos son los primeros que tiran cada uno para un lado de la soga, en lugar de tirar todos del mismo, el carro continuara atorado en el fango y no andará. Todo el mundo reconoce que Somiedo es el ejemplo más claro de lo que significa desarrollo sostenible, un futuro basado en la conservación y la explotación de su riqueza natural de manera razonable, cosa contraria con lo que ocurre con Laciana, a la que se está destruyendo de manera irrecuperable día tras día, con la complicidad de todos. Deberíamos de lanzar una mirada a algo que tenemos cerca, tan cercano que limitamos con ello, como es el Parque Natural de Somiedo. ¿De que nos sirven centros de interpretación de la naturaleza, y otras mil historias si olvidamos lo primordial, la defensa de nuestro entorno.

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