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Publicado por
MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO hermano: Espero que hayas salido indemne de tanto trajín semanasantero que ha puesto en guardia a los hosteleros y que enfoques fuerte los fines de semana y puentes que se presentan. Por aquí vamos tirando, mientras los expertos, con Nolete de mosca cojonera, andan dándole vueltas al estatuto, que no sé yo cuando serán capaces de rematarlo. Habrá que racionarles el orujo pues ellos las reuniones, que llaman pomposamente sesiones, las realizan a partir de las once de la noche, y lo que pasa, les dan las claras entonando a la luz del cigarro . Ya les digo que se tranquilicen. Consejo que sirve para los alcaldes y alcaldesas del Órbigo, que se soliviantaron porque Rosa, la de Benavides, ha sabido hacer una buena barredura a cuenta del centenario. Pues, hermano, todo lo que sea bueno para Benavides, será bueno para toda la comarca. ¿Que le plantan un colegio? Bien. ¿Qué acumulan no sé cuantas obras? Mejor. Todo será beneficioso, por aquello del efecto dominó, para los que están entre Carrizo y La Bañeza, delimitación que se hacía antaño para ensalzar la mejor pareja de jatos, que siempre coincidía se criaba en Hospital. Por eso hay que apaciguarse; parece que de unas semanas acá los ánimos se han calmado un tanto. Que por otro lado, quiérase o no, Benavides, de siempre, históricamente, ha sido la cabecera de la zona y su jurisdicción. Ando estos días tras un proceso criminal de 1709, en el que un fraile rijoso tiró los tejos y ofendió a una buena moza astorgana, casada con un maestro de obra prima, un zapatero. El fraile citó a la zapatera en el convento de Villoria; y hasta allá se fue el joven matrimonio a lavar la deshonra; con sable y puñal dejaron al fraile medio muerto. De inmediato se acogieron a sagrado en el atrio del monasterio y el Justicia de Benavides dijo que de eso nada, que aquello lo arreglaba él y a la fuerza se los llevó hasta la villa. Por mor de no respetar los derechos eclesiásticos se entabló un largo pleito entre el obispado y el Justicia, mientras el matrimonio astorgano permaneció varios meses encarcelado en Benavides. Vamos, quiero decirte que ya entonces, y de mucho antes con las casas Benavides y Quiñones, toda la ribera dependía de aquella justicia. A Benavides, recuerda, íbamos al cambio, a la panera se decía, dejando allí el trigo que el Delegado de Abastos había estipulado, cambiándolo por harina en la fábrica de Fernández Nistal para el apaño de la temporada. A Benavides se iba, los jueves, a vender los terneros, que para eso era el mejor mercado. Hasta bien entrado el siglo XX la farmacia de la comarca estaba allí como estaba el escribano que ahora se dice notario y ha sido recuperado. Allí estaba la Jurisdicción de la Ribera, digo. Y en Benavides, recuerda hermano, hacíamos parada y fonda de escabeche, chorizo y vino en cualquiera de sus cantinas cuando acudíamos a las hacenderas para reparar el puerto de la Presa de la Tierra en Gavilanes, o a la siega de las aocas en verano haciendo acopio de cangrejos al mismo tiempo. Benavides ha sido, pues, un referente aguas abajo con el cordón umbilical de la presa y todo lo demás que te he citado, y más que me quedo en el magín. Así que a tranquilizarse alcaldes. Cierto es que no me parece tan bien, y tengo que decirlo, eso de enterrar la Presa de la Tierra, que un buen reguerón de agua siempre es vida ; porque es enterrar muchos años de historia, mínima sí, pero historia. Y aunque no he visto el programa total, mucho me temo que en todas esas celebraciones hayan olvidado un personaje que habrá que tener en cuenta: Don Nemesio Sabugo, hijo predilecto en 1960 y fallecido en 1984. Espero no lo olviden.