Diario de León
Publicado por
MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO hermano: Seguimos sin estatuto. No sé si en este mes de mayo serán capaces a sacarlo adelante; lo dudo de toda duda porque les va muy bien en las sesiones y ahora se ha infiltrado un elemento extraño en la comisión; no exactamente en la comisión, sino en el articulado. Ya te contaré. Desde el pasado fin de semana por Astorga se han disparado las especulaciones. La presencia de Barriales en la ejecutiva del PAL quiere decir que Fernando vuelve a la política activa y que dentro de un año tendrá que disputar los votos a sus amigos de la UPL. Es asunto este que dejaremos reposar unas semanas pero puede armarse un gatuperio en las urnas que ni te cuento. El mercado ha vuelto a su sitio natural. La plaza Mayor ha vuelto a ser el centro neurálgico de los martes, retomando siglos de historia y tradición; el espacio que un día fuera plazuela de la Cebada, acoge de nuevo a pedrosas y sebutos, chiquitas y elviras; curiosamente el martes vi en lo que en la Edad Media fue plaza de Gorbalán, que ocupaban, en mercado, zapateros y panaderos un par de puestos de zapatos. Se hizo bueno aquello de pasando años mil.... Pues claro, hermano, que fue una pena no hubieras conocido a don Nemesio Sabugo. Las tertulias más amenas te perdiste. Don Nemesio fue persona que dejaba huella en quien lo tratara y tengo vivo el recuerdo de sus sabias conversaciones en su casa de Benavides, en los casi otoños del Cristo, casa con soportales y el balcón abierto oyéndose el gorgoteo de los Ocho Caños. Mientras saboreábamos una copina de orujo de la aguardentera de Santibañez, ya en trance de cierre, don Nemesio impartía lecciones. Era ya un venerable longevo que andaría rondando los tres cuartos de siglo; prototipo de caballero riberano, bondad absoluta, conversador ameno y sabio, maestro complaciente y paciente. Con cariño guardo aquel folleto de pastas rojas que un día me regalara titulado Pórtico a la presencia de Benavides . En el mismo queda plasmada la pasión que don Nemesio sentía por su pueblo, por su villa, por Benavides; el sentimiento que le producía contemplar sus paisajes se traslucía en aquellos artículos que enviaba al Pensamiento , Faro de Vigo y otras publicaciones como Archivos Leoneses o la revista León de la Casa de León en Madrid. Y en todos sus trabajos, periodísticos, eruditos o de investigación, hermano, la presencia de Benavides. Por eso te decía en la última que esperaba no lo olvidaran en el centenario del mercado. Él fue quien descubrió a sus vecinos de Benavides el retablo histórico y ancestral de sus gentes, la obra de Lope de Vega El primero Benavides o aquel poema del Passo Honroso del Duque de Rivas, descendiente de los Quiñones. Don Nemesio nos enseñó cómo aquel Alfonso de Benavides, llamado el Viejo, fundó una saga que anduvo por tierras de morisma a la conquista de Baeza, Úbeda y aún Almería; buscó en viejos papeles el cómo y el porqué de las cosas de Benavides y dejaba su sentimiento enamorado cuando escribía lo que él llamaba «mi senectud en soliloquios». Y con él, si conversabas, o en sus escritos, adivinabas su sensibilidad para las cosas de su tierra; y así nos enseñó el cómo y el por qué del Puente Viejo, la Presa de la Tierra, el Castro y la ermita de la Magdalena, Traspalacio y el Convento sin olvidar a su entrañado Cristo. Por eso te escribía que esperaba no lo olvidaran en el centenario. Lo que Benavides le debe es mucho. Sus sobrinos en el año 84 quisieron hacerle un regalo recopilando sus trabajos más interesantes. Pena que no llegó a verlo. Por eso me gustaría que en este año se le tuviera un emotivo y sincero recuerdo.

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