La OCM provoca la primera oleada de cierres en las azucareras
La nueva Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar ha provocado ya una primera oleada de cierres de fábricas del sector en trece países de la Unión Europea (UE), si bien esta reestructuración es todavía «modesta», ya que se espera que sea aún más intenso en los próximos años. La revista de los remolacheros franceses «Le Betteravier», que recuerda que desde que se aprobó el nuevo marco comunitario se han cerrado ya plantas azucareras en Italia, España, Polonia, Alemania, Suecia, Austria, Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Irlanda, Eslovenia, Grecia, y Eslovaquia. De momento, el país más afectado es Italia, donde se ha anunciado la clausura de trece fábricas, acogiéndose a la reestructuración más de la mitad de la cuota asignada a ese país; seguido de Polonia, con la previsión de cierre de nueve plantas, aunque no irá seguido de abandono de cuota, y de Alemania, con dos, si bien una de ellas sin abandono de su cuota. Una fábrica por estado En el resto de los estados, por el momento se ha fijado el cierre de una fábrica en cada uno de ellos, mientras que en España, en donde ya se fijó la clausura de la fábrica de Ciudad Real, de la empresa Ebro, también está anunciada la de la planta jienense de Linares, ARJ. Esta publicación explica también que la cantidad equivalente a las fábricas que han acordado su próximo desmantelamiento supone cerca de un millón de toneladas de azúcar, lo que todavía está lejos de los tres o cuatro millones de toneladas que tiene como objetivo el Plan de Reestructuración. Plan de reestructuración La Unión Europea ha propuesto un plan de reestructuración fabril de cuatro años, que dará a las empresas anualmente por cada tonelada de azúcar que abandonen, de unos 730 euros en la primera (2006-2007) y en la segunda campaña de aplicación (2007-2008). No obstante, los remolacheros franceses consideran que no toda la cuota de las fábricas cerradas va a ser amortizada acogiéndose al Fondo de Reestructuración, ya que algunos cierres son estratégicos con vistas a producir el mismo azúcar en menos fábricas. Al menos, es la teoría que se defiende inicialmente entre los productores del país vecino.