José Dionisio Colinas reconstruye en un ensayo la abadía de Nogales

Real Monasterio de Santa María de Nogales es el fruto de los más de 35 años que el bañezano José Dionisio Colinas ha dedicado al estudio de la importante abadía del río Eria y que acaba de salir de la imprenta, gracias al apoyo del Instituto Leonés de Cultura (ILC), organismo de la Diputación provincial. En San Esteban de Nogales hubieran preferido que el estudio estuviera en la calle para el 23 de abril, para que su presentación coincidiera con la fiestas de San Jorge, de interés turístico provincial. Pero aún quedaba trabajo y la fecha de puesta de largo del trabajo aún no se ha fijado. José Dionisio Colinas, hermano del poeta, dedica su ensayo a José Luis Baeza, periodista con el que visitó por «primera vez el cenobio ruinoso de Santa María de Nogales», y en él reconstruye lo que fueron las dependencias del monasterio, tarea en la que realizó con la ayuda «de José Carracedo Tabuyo, que se viera ahora tendría 110 años, y que conoció el monasterio cuando se encontraba en pie». Colinas y Carracedo, que conoció las dependencias por los trabajos que allí realizó su madre, pasaron «tardes enteras» en las ruinas, según relataba ayer el autor del ensayo, que reconoce que califica su reproducción de «plano imaginativo», que si no se corresponde del todo con la realidad, trata de ser lo más fidedigno a los testimonios de Carracedo Tabuyo, a las ruinas que se pueden observar y al material que José Dioniosio Colinas ha podido conseguir sobre el Santa María de Nogales. La correspondencia del plano que aporta Colinas en el libro con lo que realmente fueron las depencias del convento se conocerá cuando se actúe en las ruinas para su conservación, según reconoció el autor. El monasterio y la comarca Maestro y empleado de banca, Colinas asegura que en su trabajo «recoge la historia del monasterio, durante ocho siglos, desde su fundación hasta la desamortización de Mendizábal». La relación de abades del monasterio, el modo de vida en éste, la relación que tuvo con los pueblos de la comarca y con los del norte de Zamora, así como las donaciones de don Suero de Quiñones y Zúñiga -«biznieto del don Suero del Paso Honroso», aclara-, cuyo sepulcro y el de su esposa doña Elvira se trasladó del cenobio a la Spanish Society de Nueva York, a principios del siglo XX, son algunos de los capítulos del estudio que, sobre «un monasterio que, de manera especial, dio obispos y profesores a la Universidad de Alcalá de Henares» y que contó con numerosos privilegios reales y papeles acaba de publicarse.