CARTA TE ESCRIBO
De mociones y otras cosas
QUERIDO hermano: Si ya lo dice el refrán. Hasta el cuarenta de mayo... La sequía trae a los labradores en un sinvivir; agobiados; que centenos y trigales, entre el asfixio y la parpaja, van a demediarse, que las reservas se agotan y encima han venido esas heladas tardías que se han cepillado nogalas y otras especies. Al hilo de este encabezamiento andaba por darte la turra con insecticidas, pesticidas, herbicidas, fungicidas y demás mandangas campesinas; pero será en la próxima, que hoy se me ha cruzado un pleno municipal que ha dejado ciertas claves. Fue pleno de mociones sin emociones, sí de concesiones, en parte; porque hubo discusión, hasta demasiado larga, y cruce de pareceres, condescendencia y arreglo con ciertas brasas que Juanjo supo -con tiempo, paciencia y saliva como el elefante- arrimar a su sardina. Lo vi cauto y reservón en lo de la posible eliminación del grupo de Cañones en el regimiento Santocildes; como si no quisiera incomodar al ministro José Antonio, por lo que logró introducir en la moción del PP algunos matices, sin importancia, pero trascendentales en el contexto general. A la vez explicó las gestiones que ha ido realizando a lo largo de estos meses. También logró introducir cierto matiz en la moción sobre el ferrocarril del Oeste que presentó la UPL, en la que se solicitaba la reapertura de esa vía, prometida por Papes con la solemnidad que requería una campaña electoral que todo cristo daba por perdida antes de aquel 11-M fatídico. Andamos a medio camino de la legislatura y en ese deteriorado balastro no se mueve un morrillo. Con eso de que las vías férreas son de régimen estatal, Juanjo anduvo listo y consiguió que en la moción se implicara la posible actuación de la Junta para el mantenimiento. Muchos hay que en estas dos cuestiones tienen la credibilidad por los suelos. ¡Ah! y aprobaron, unánimes, el hermanamiento con Clavijo, de lo que habrá tiempo para comentar la buena medida. Y después de estas mociones, hermano, es cuando me aborda el espía, que en estas cuestiones de cábalas y adivinaciones, pronósticos y suposiciones, es un águila y sabe más que los ratones colorados. Me dijo que había estado por las últimas filas y analizó, en profundidad, la actitud conciliadora, firme a la vez en su postura, paciente y templada de Juanjo. Y ayer tarde me planteó su versión y las conclusiones que sacó del debate. Parecen disparatadas, fuera de contexto, no regladas y menos en consonancia con los planteamientos y manifestaciones de nuestro alcalde a lo largo de estos años. Sin embargo, al espía en sus consideraciones siempre lo he respetado, porque en un noventa por ciento de los casos he tenido que darle la razón. Ponte al loro, hermano. Me dice -el espía-: Juanjo logró involucrar a la Junta en lo del ferrocarril y quitó hierro a la moción del PP sobre la cuestión de reducir los efectivos militares; en el primer caso es un balón al larguero que casi se convierte en gol; en el segundo fue sacar un balón del área. Juanjo, hermano, me dice el espía, anda preparando una salida; él dijo gatera política. Le apunté lo disparatado del asunto vista su trayectoria. Me echó en cara lo de Paco, el del Val, que no tenía visos de realidad y, en cambio, me han confirmado la posibilidad, aunque sólo sea posibilidad por el momento. La cábala es esta: Juanjo abandona la política local, al menos la primera fila, por aquello de concitar votos con su presencia. En el 2008 da el salto que hasta ahora ha rehusado -teniéndolo a huevo - y se mete bien en el Congreso, bien en el Senado. Está en disposición de elegir y exigir; lo sabe él y lo sabemos todos. Su currículo lo avala. Si quiere pedir, nadie mejor que él en la provincia. Fíjate qué elucubraciones dan las mociones.