Cistierna | David Álvarez clausuró el curso académico, en el que se han impartido varias asignaturas en la villa
El Instituto Bíblico Oriental puede rescatar la cátedra de latín de Lois
La institución hizo posible la llegada de algunos de los grandes estudiosos del mundo oriental
El empresario leonés David Álvarez, fue el encargado de clausurar el curso académico 2005-2006
El presidente del Instituto Bíblico y Oriental, David Álvarez y el director del organismo, Jesús García Recio, clausuraron ayer en el hotel Río Esla de Cistierna el año académico ante más de un centenar de personas. Entre los asistentes se encontraban grandes estudiosos de la biblia y del mundo oriental como Francisco Antonovich que fue el encargado de pronunciar la última conferencia: De Babilonia a Alejandría: las siete tumbas desaparecidas de Alejandro . García Recio señaló que el hecho de desplazar a Cistierna parte de las clases y conferencias del instituto se debe a que en esta comarca la biblia y oriente tienen una gran tradición ya que uno de los primeros orientalistas españoles, egiptólogo, asiriólogo y biblista fue Ramiro Fernández Valbuena, natural del desaparecido pueblo de Huelde. Destaca además el biblista más antiguo de León el padre Carlos de Villapadierna que ha dado curso en Cistierna. «En esta zona ha habido instituciones que promovieron siempre las humanidades, como ha sido la cátedra de latinidad de Lois, que trataremos de recuperar en los próximos años», según Recio quien precisó que se trata de encadenar este reflexión en unos lugares muy abandonados para la cultura «donde la reflexión en posible y en mejores condiciones que otras zonas y donde el instituto quiere hacer llegar la cultura». Toda una apuesta El presidente del instituto, David Álvarez, puntualizó que la apuesta realizada por esta institución se debe a su carácter de vehículo transmisor de la cultura en León y en la montaña oriental leonesa. «La respuesta de convocatoria de este instituto es muy significativo cuando uno de los grandes estudiosos de la historia y de las antigüedades, Antonovich, se traslada desde París a Cistierna». Para David Álvarez lo más admirable es ver como la gente de a pie acude una vez por semana para recibir clases y lecciones del instituto bíblico, «lecciones de donde nacen nuestras costumbres, nuestra lengua o nuestra forma de ser» según señaló.
