El paisanín volverá a ser enterrado, un año más, entre lágrimas y risas
Como cada año, el Montejín volverá ser enterrado. A pesar de la fiesta, Montejos del Camino se llenará de duelo; lágrimas y risas recorrerán las calles al paso del séquito fúnebre. A las tres de la mañana, en punto, porque el acto así lo requiere, las cofradías de La Polla Santa y El Santo Cristo del Pendón, que organizan el entierro, comenzarán a recorrer las calles con el ataúd del pobre Montejín. El Paisanín, como también se le conoce, falleció en Montejos el 4 de junio de 2006, a los 107 años y 364 días de edad, tal y como figura en la esquela que aparece incluida en el programa de fiestas. «Habiendo recibido los últimos tragos durante estas fiestas, sus desconsoladas esposas Doña Planidera, Doña Expósita y Doña Ludorica, la Traidora. Lo de traidora va por lo de los cuernos que le ponía al pobre Paisanín. Hijos bravos, legítimos, naturales y demás cruces, como asimismo convecinos, contertulianos y compinches de jaranas y borracheras» llorarán por el alma del Montejín, tal y como figura en su esquela. Todos ellos suplican a los asistentes a las fiestas de Montejos que asistan «a la conducción del finado por el recorrido habitual, dándole descanso con la posterior quema y esparcimiento de sus cenizas en la plaza del pueblo. La capilla ardiente será omnipresente en todo Montejos del Camino, pero las casas dolientes estarán instaladas en todas las tabernas de esta localidad. Tras el funeral, sardinas para todos.