Diario de León

Los vecinos, entre el silencio y el elogio a la familia

Sólo una persona admitió que la víctima podía tener problemas con su hijo, y que fueron unas amigas las que avisaron a las autoridades al temerse «lo peor» porque no aparecía

La puerta del piso donde sucedieron los hechos fue precintada por la Guardia Civil

La puerta del piso donde sucedieron los hechos fue precintada por la Guardia Civil

Publicado por
D. López - la bañeza
León

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La mayoría de los vecinos de la zona consultados por este periódico ayer, pocas horas después del suceso, mostraron su sorpresa porque éste se hubiera producido. Calificaban a la familia de normal, negaban tener conocimiento de que entre sus miembros hubiera problemas de ningún tipo, y llegaban a asegurar que entre la madre y el hijo supuestamente autor de la agresión había buena relación. «Son muy buena gente, vivían juntos. Nunca habían discutido. No sé qué pudo pasar, sería un mal momento», aseguraba una vecina. «El chaval es extraordinario, la madre también. Yo no advertí nada, me quedé sorprendidísima, tuve que bajar a tomar un café para reponerme», añadió. Otra vecina apuntó que estaba en casa a la hora en la que sucedieron los hechos pero que no escuchó nada anormal. «Los conocía de vista porque llevo poco tiempo viviendo aquí», señalaba. «Me acosté para dormir la siesta y luego me lo dijeron. Me dejaron sorprendida», recalcó. Un joven aseguró que A.M.F. es amigo suyo, pero que nunca habían comentado si el primero padecía problemas familiares. «No parecía un chico problemático, era normal. El sábado se dio un golpe con el coche y lo dejó destrozado. Igual estaba mal por eso, no sé. Pero yo me quedé muy extrañado cuando me enteré», indicó. Otros vecinos rehuían abiertamente a la prensa cuando veían acercarse a los periodistas, y se negaban a hacer declaraciones o se escudaban en que no sabían nada de lo sucedido. Los reporteros de televisión buscaban desesperadamente testimonios en el pasaje de la calle, en el que, a media tarde, todavía un guardia civil custodiaba el portal, o en los bares y establecimientos cercanos. Sin embargo, algunos, los menos, se mostraron más colaboradores con la prensa. Una vecina llegó a sugerir que la madre tenía problemas con sus hijos, aunque no especificó cuáles. Aseguró que estaba separada de su esposo y que vivía con un hermano, aunque acababa de adquirir otra vivienda en León. Según esta vecina, M.N.F.M. había vendido el piso del número dos de la calle Juan Carlos I a su hijo A.M.F., y ayer mismo regresó a él para retirar algunos de sus enseres, con intención de realizar el traslado. La mujer explicaba que, en ese momento fue cuando se produjo la agresión, tal vez porque entre ambos surgió algún problema que ella no acertaba a esbozar. La presencia ayer tarde en el rellano de la escalera de varias cajas con objetos personales podría abonar su tesis. «Ella es muy agradable, y su hermano está destrozado», aseguraba la vecina, que añadió: «Unas amigas la estaban buscando y, al no encontrarla, se temieron lo peor y avisaron a las autoridades».

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