Los druidas inundan la ciudad de leyendas y relatos ancestrales

La recién conquistada Astúrica Augusta amaneció ayer al son de las gaitas y al olor de los suculentos manjares que desde primera hora de la mañana anunciaban la apertura del mercado. Los antiguos pobladores y los invasores iban llenando sus estómagos, vistiendo sus cuerpos con joyas y cueros y escogiendo las mejores armas con el fin de prepararse para la cita de la tarde, el duelo entre astures y romanos, en el que el honor y el orgullo de ambos bandos estarían en juego. Mientras, el campamento iba despertando. Algunos practicaban el tiro con arco, otros, lanzaban la catapulta y los demás probaban suerte en las carreras de cucarachas. Los más jóvenes del imperio asistían al taller de lucha astur, una iniciativa en la que un profesor de lucha leonesa demostraba los secretos de su técnica. Con esta preparación, los romanos lo tenían complicado. La mañana deparó un momento de cierto relax para que tanto astures como romanos, además de los visitantes que llegaron a la ciudad, disfrutaran del concierto que la banda municipal ofreció en el jardín de la Sinagoga. Una vez demostrada la fuerza de los valientes en los Ludis Apollinares, llegó la hora de volver a llenar las barrigas de los más hambrientos. Las plazas de Astúrica Augusta, decoradas para la ocasión, acogieron las cenas de multitud de romanos y astures. Cerca de quinientas personas disfrutaron de los suculentos manjares de la época bajo un manto de estrellas y con el marco de la ciudad iluminada de noche. Bien comidos y bien bebidos, los druidas de las tribus astures fueron tomando posiciones en la zona del campamento invocando a los elementos naturales. El archidruida, pronunciando unas palabras, dio comienzo al concurso de cuenta cuentos, en el que cinco participantes demostraron su talento narrando historias ancestrales o leyendas que tuvieron lugar un lejano día. Un jurado compuesto por cinco personas proclamó un vencedor, y valoró la originalidad de la obra, la especifidad del tema -bien ambientado y sin fallos históricos- así como la teatralización y la ambientación personal de los participantes. El mejor de todos recibió un pergamino de plata con una hoz de oro grabada. A continuación tuvo lugar la quema del gigantón de paja y madera para expulsar a los dioses romanos y que éstos ardieran en las llamas. La fiesta se prolongó toda la noche al ritmo de la música de Gandalf. La jornada de hoy El programa festivo incluirá hoy una gran paellada en El Melgar para todos los que asistan vestidos de astures o romanos y la tercera edición de los juegos astures, que este año contarán con la participación de varios representantes de diferentes tribus, entre los que se encontrarán los campeones de España masculino y femenino de lanzamiento de peso. Será en la plaza de toros a las 18.00 horas. Además, los romanos invitarán a una degustación de sopas de ajo y los astures enterrarán a su héroe.