Diario de León

| Reportaje | La emoción del circo |

Los romanos vencen en los «ludis»

Los juegos en honor al dios Apolo incluyeron varias pruebas en las que los sufridos participantes debieron mostrar su agilidad, fuerza y velocidad para alcanzar la gloria

Publicado por
Silvia Merinoastorga
León

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La tranquilidad duró muy poco en Astúrica Augusta. La hora de la verdad se iba acercando, el momento de demostrar quién era el mejor en el terreno de la lucha. La paz, firmada el viernes, pendía de un hilo. En el coso de la ciudad se vieron las caras dos equipos: representando a los romanos, La Pocha Máxima; del lado de los astures, Infiltrados de Astúrica. La competición, dura y emocionante, dio la victoria final a los romanos, que ganaron cuatro de las seis pruebas a las que tuvieron que enfrentarse ambos bandos. En las gradas, el César Josefus Orologius I y el Caudillo astur Sebius seguían muy de cerca los juegos. Al comienzo del acto, ambos pronunciaron unas palabras para animar a sus seguidores. Mientras el caudillo animaba a los suyos y les gritaba que debían vencer con un expresivo «¡Astures, a por ellos!», el César señalaba: «La victoria ha de ser para los ciudadanos romanos». Los gritos del público iban caldeando el ambiente y haciendo aún más evidente la rivalidad entre los dos pueblos. De un lado, los astures gritaban «¡Romano el que no bote!», a lo que estos contestaban, «¡A por ellos!». La música propiciaba un ambiente festivo mientras que los luchadores hicieron de los juegos una competición emocionante hasta el último momento. Estos guerreros, ocho por cada equipo, tuvieron que superar pruebas de agilidad, velocidad o fuerza, como hacer rodar alpacas de paja, insertar en una lanza aros tirados al aire y correr a recoger banderas distribuidas por la grada para llevarlas a otra zona de la plaza antes que el rival. Tras estas pruebas, la organización repartió pan entre los asistentes como ya se hacía en la antiguedad -«Al pueblo, pan y circo»-. En este descanso, varias personas fueron detenidas por la legión del César y castigadas por éste a luchar, como gladiadores, contra los legionarios. Carrera de antorchas Al término de las otras tres pruebas -una carrera de literas con agua, otra con antorchas y la sogatira- los gladiadores de A Ras de Suelo lucharon encarnizadamente con la legión romana mientras el fuego parecía inundar el coso. Finalmente, fue el César quién decidió si los luchadores vivían o morían, y optó por perdonar a la legión. Tras este colorido espectáculo, los ganadores de los Ludis Apollinares, recibieron su premio, una corona de laurel, entre los vítores de una parte del público, la romana, y la desaprobación de la otra, los astures. «¡Astures, a por ellos! ¡No os podeis dejar vencer!» SEBIUS, Caudillo astur «La victoria ha de ser para los ciudadanos romanos» JOSEFUS OROLOGIUS I, César

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