Las Artes del Circo finaliza con una gran convocatoria de público

El festival del circo llegó ayer a su fin en una de las convocatorias más concurridas hasta el momento, y que promete muchas ediciones para los artistas circenses. El turno de ayer fue para compañías como la de Raúlez-Gordito o Fuman, un musicólogo que hizo las delicias de todos los niños en la plaza Mayor. Pero no sólo se trataba de tocar aparatos e instrumentos inimaginables, sino que todo eso lo mezclaba con equilibrios y acrobacias al mismo tiempo. Otro de los espectáculos que más gustaron fue el de Chimichurri en la calle Vía de la Plata, en el que tres payasos se contorsionaban de maneras imposibles, aderezado todo esto con malabares y más equilibrios. La noche también ha sabido disfrutar del mejor humor en las calles de La Bañeza, por ejemplo, ayer a las 23:30 horas llegaban a la plaza Francisco de Quevedo la compañía Valeria Guglietti con el espectáculo No toquen mis manos, que reunía el lenguaje del cine mudo, el cómic y la música para recrear una colección de sombras y la proyección de historias. Los últimos, pero no por ello menos importantes, fueron los chinos Taiyuan, en cuyo número recogían acrobacias, contorsiones, malabarismo y piezas tradicionales de equilibrio en bicicleta, todo esto ejecutado con el alto nivel técnico que caracteriza a estos artistas internacionales, que fueron de los más aclamados.