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Alija del Infantado | Reportaje | Una velada literaria para las fiestas |

La vuelta de don Potenciano

Luis Carnicero lleva a la velada literaria de las fiestas la figura de un director de la Banda Municipal de Música, cuya memoria permanece en la ciudad pese a que falleció

Publicado por
A. Domingo - la bañeza
León

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Relatos a la luz de la farola celebró en la noche del martes al miércoles una nueva edición en la que contó con la presencia especial del premio de novela Azorín de este años, Javier Pérez, bañezano de adopción, un síntoma de que la velada literaria llega a su consolidación. Javier Pérez, leyó su relato No me quedaba más , dejando patente su carácter afable y, sobre todo, jocoso, compartió mesa con la bañezana María Martínez -que con Luz de Nivaria , más un cuento que narrativa corta, ofreció una trama muy fácil de seguir para el público-, Antonio Toribios -leyó su Nocturno con relojes blandos - y Cristina Peñalosa -tuvo al público en vilo con el suspense que contiene La mano tonta- y, por supuesto, con el organizador de la jornada, el arquitecto y escritor Luis Pedro Carnicero, que trajo a la plaza de El Salvador, junto a la farola que en otro tiempo se mostró orgullosa frente al Ayuntamiento y Santa María, a don Potenciano Pardo, que fue director de la Banda Municipal de Música de 1905 a 1939. Carnicero desgranó en Espejos el 1 de abril de 1939: el final del Guerra Civil no es más que un fondo en el que contrasta el ánimo del director de la banda de música, que este año cumple los 150 años de su fundación. El día en que finaliza el conflicto, don Potenciano, recordado aun hoy en La Bañeza, recibió la noticia de que su salud le obliga a jubilarse. El autor recuerda personajes reales como don Martiniano, el médico, don Servando, el director del Colegio del Niño Jesús, a la vez que recorre lugares de La Bañeza que aun hoy existen y otros que han cambiado de nombre. Con menciones al padre Miguélez, Odón Alonso, que tocó a las órdenes de su batuta o fray Diego Alonso, el autor intenta evocar un primer tercio del siglo XX en el que la vida económica y cultural de La Bañeza se encontraba en un momento de esplendor, llenando la ciudad de fachadas Modernistas. Con datos de la familia Carnicero se asoma a la vida de don Potenciano tras haber contactado con una de sus nietas, María José Pardo, hija del único hijo del director que aún vive, José Pardo. Comienza quizá por el último capítulo -el músico falleció dos años más tarde- y, obtiene datos que ofrece en su escrito, como el hecho de que residió en la ya desaparecida casa de Juan de Ferreras, a la vez que guarda otros con los que se puede ampliar la semblanza de este personaje. Carnicero ha descubierto que el aún recordado don Potenciano, como señala Ana Isabel Santos en el libro conmemorativo de la fundación de la banda- fue enterrado en La Bañeza y conoce el lugar en el que descansa, pero eso ya es otra historia.

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