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Documentales hechos realidad
El autor relata su experiencia en un viaje organizado y lo que supone una visita al Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa en compañía de un grupo de escolares leoneses
Entre las novedades que el Museo de la Fauna Salvaje ha incorporado este verano a su extenso repertorio faunístico, se encuentra la exposición -que durará un año- de calamares gigantes cedidos por la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma). La exposición cuenta con el calamar considerado como el más grande del mundo: un ejemplar de «Taningia Danae» de 124,5 kilos y 2,30 metros de longitud. Además de este calamar plano, se exhibe un «Architeuthis» de 132 kilos y 9 metros de longitud. Ambos ejemplares han estado expuestos los dos últimos años en el Acuarium de La Coruña con un gran éxito de público, y uno de ellos en el Museo de Barcelona. Tras su paso por el Museo de Valdehuesa, irán a Washington. Con esta exposición se pretende complementar el contenido de las instalaciones del Museo, al tiempo que se continúa con la labor didáctica y cultural que impulsa el Museo, ofreciendo a los escolares de Castilla y León, en particular y a todos cuantos por aquí se acerquen, un nuevo aliciente que enriquezca su bagaje cultural. De este modo, los visitantes podrán contemplar una muestra de los ejemplares más misteriosos del mundo marino. Un paseo en el bus El núcleo zoológico que el Museo ha venido anunciando desde principios de su andadura, es ya una realidad plasmada en el casi centenar de animales vivos que corretean por al área delimitada en la superficie adscrita al entorno del museo. El autobús cedido por la empresa minera «Viloria», ubicada en el Bierzo, cuyo titular es Manuel Lamelas Viloria, hoy presidente de la Cámara de Comercio de León, es otra de las realidades puestas en funcionamiento para recreo de aquellos visitantes -especialmente escolares- que opten por el disfrute de un recorrido a modo de «Safari» convencional. Hemos querido comprobar ·»in situ», sí de verdad es tan apasionante y emotivo el circuito que recorren los curioso visitantes del Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa, que optan por ampliar su visita de los animales naturalizados, al llamado núcleo zoológico de animales vivos. Nada mejor, que hacer el recorrido convencional en el autobús preparado al efecto, en uno de los viajes programados dentro de los horarios normales, con 30 escolares ocupando las plazas correspondientes, y todos inmersos en el ambiente, medio aventurero, que supone el Safari, aunque sólo sea fotográfico. Sí, es vedad que merece la pena. Aunque el recorrido ofreciese solamente el espectáculo de un paisaje genuinamente montaraz, con el decorado de fondo de las azules y nerviosas aguas del pantano de Vegamián, alimentado por el retén del cristalino río Porma, estaría muy bien amortizada nuestra visita. Pero... es que además a este derroche paisajístico, se suma esa emoción y esa sorpresa de contemplar, en cada recodo, en cada nueva panorámica, la presencia de alguno de los 45 venados con sus 17 «bambis» estrenando su particular adolescencia. Muchos de los 15 jabalíes y jabalinas, escoltando celosamente a sus niños rayones, y multitud de corzos que buscan los frescos pastos del cerrado recinto. Algarabía infantil Si todo ello lo adobamos con el ambiente que se vive dentro del autocar, con la algarabía de los niños que gritan incontroladamente la aparición de cada animal, la ocasional lección de sus profesores tratando de explicar a sus alumnos el misterio de las especies y sus costumbres, y el esfuerzo de Pedro, el guía, que trata de elevar su voz por encima del zumbido de un motor castigado por las pronunciadas rampas y los acelerones del bueno de Toño, atento a las oportunas paradas que propician las mejores vistas, obtendremos un póker de ases difícilmente superado por ninguna otra alternativa. Convenio con la Once La Organización Nacional de Ciegos (Once) y el Museo de la Fauna Salvaje tienen previsto firmar en breve un convenio de colaboración que permita habilitar una sala en el Museo para uso y disfrute exclusivamente para personas invidentes. El objetivo es que los invidentes que se acerquen al museo puedan disfrutar también de la impresionante colección de animales naturalizados que alberga. De ahí, que en esta sala especial puedan tocarlos, olerlos y comprobar las diferencias entre unos y otros. También podrán acercarse a los animales vivos del núcleo zoológico. El director provincial de la Once, Alfonso Fidalgo, visitó recientemente el Museo y quedó gratamente sorprendido. Como resultado de esta visita, y con la posterior firma del convenio, se empieza a gestar este proyecto que se enmarca dentro de la labor social y didáctica que persigue el Museo de la Fauna Salvaje, ubicado en plena montaña central.