Ganadería y paisaje, una dependencia mutua

Mchos pueblos de la provincia y especialmente los ubicados en espacios naturales protegidos y zonas de montaña de alta calidad paisajística, se encuentran en un proceso de transformación económica en el que desciende la importancia del sector primario y se incrementa la actividad del sector servicios a través de la hostelería. La situación actual es de transición, pero la riqueza natural y paisajística de estas zonas se ve amenazada a largo plazo por el abandono de la ganadería, auténtica mantenedora del paisaje de la montaña leonesa, lo que pone en peligro los actuales niveles de biodiversidad, la riqueza paisajística y por ende su posible explotación turística. Esta relación de dependencia entre ganadería y turismo fue el eje de la intervención realizada ayer por el coordinador del Aula Picos de Europa, el economista Julio Lago, en la ponencia que clausuró el curso de guías intérpretes de espacios naturales impartido durante la pasada semana en Valdeón y que dirige el profesor Francisco J. Purroy. «Una parte de las estrategias actuales de desarrollo rural están basadas en un modelo urbanita, lo que al final choca con la realidad del medio rural, corriéndose el riesgo de hipotecar recursos como el paisaje o la biodiversidad ante el abandono progresivo de actividades tradicionales como la ganadería, actividad que además es un recurso en sí mismo» manifestó Lago, para quien la clave se encuentra en el equilibrio entre ganadería y servicios, lo que exige un diseño adecuado de la política agraria de la Unión Europea que contemple con mayor compromiso los usos ganaderos tradicionales y el impacto positivo que suponen en la conservación de la biodiversidad y el paisaje. Este análisis socio-económico puso el punto final a esta edición del curso de guías intérpretes, donde han participado cuarenta y cinco alumnos y donde buena parte del discurso docente de fondo ha girado en torno a la pérdida de praderías de siega por abandono y que tuvo su momento álgido el pasado martes cuando los alumnos desbrozaron un prado invadido por el matorral cerca de Posada al grito de ¡prados vivos en Valdeón!