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Alija del Infantado | Más de un centenar de vecinos exige un centro de salud, en una nueva movilización

Miembros de la Comisión pro Sanidad se encadenan en la delegación de la Junta

Los manifestantes no ofrecieron resistencia cuando se les liberó con una cizalla

La cizalla hizo su trabajo y la liberación de los encadenados se realizó sin mayores incidentes

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A. Domingo - león
León

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Algo más de un centenar de alixanos volvió a concentrarse antes de la once de la mañana de ayer en la capital leonesa, frente al edificio de la usos múltiples de la Junta de Castilla y León, para, una vez más, exigir a la Administración autonómica que abra un centro de salud en Alija del Infantado. Las intentonas de los manifestantes de entrar en las dependencias administrativas dos semanas antes llevó a la Policía Nacional a desplegar un dispositivo de seguridad con mayor número de efectivos: alrededor de 20 agentes velaban por mantener el orden. Los alixanos portaron sus ya habituales pancartas, tambores, cuernos, cencerros y carracas, con los que montaron su asonada en el exterior del edificio, mientras que cinco miembros de la Comisión pro Sanidad se introdujeron en su interior para encadenarse a las barandillas de tres de las cinco plantas del edificio: sos mujeres se encadenaron en el primero piso, otras dos en el tercero, mientras que un joven lo hacía en el quinto. El alcalde de Alija, José Antonio Prieto, subió a cada uno de los pisos en los que se encontraban estas personas, con quienes departió durante algunos momentos. Tras amarrarse, según explicaron, desplegaron unas pancartas que les fueron arrebatadas, siempre según la versión de éstos, por los vigilantes jurados que vigilan la delegación de la Junta. Del mismo modo, se procedió a identificar a los encadenados, si bien la Policía tuvo que trasladar a dos de las mujeres a la comisaría para proceder a su identificación, la no portar éstas documentación alguna. Los encadenados pasaron desapercibidos para gran parte de quienes pasaron ayer por la Junta, excepto cuando se procedió a su liberación, en la que los guardias del servicio privado de seguridad utilizaron una gran cizalla. El peligro Por otra parte, el varón que se encontraba en el piso más alto pasó la barandilla de seguridad cuando se iba a proceder a soltarle, despertando cierta alarma entre quienes observaban la escena desde abajo o desde otros pisos, al quedar tras él solamente el vacío. Sin embargo, a requerimiento de los servicios de seguridad, volvió al pasillo, donde se cortaron sus cadenas. Tras facilitar su documentación, se unió a al acto de protesta que se celebraba en la calle. La mayoría de los manifestantes sostenía una larga soga, con la formaban un círculo, con la que, dijeron, simbolizaban la unión del pueblo de Alija en su reclamación: «No es el alcalde el que calienta al pueblo, como dijo el delegado de la Junta en la manifestación anterior, sino el pueblo el que azuza a su alcalde». En términos similares se manifestaba el regidor, que aseguró que sin el apoyo de sus vecinos no realizaría reivindicación alguna. Los manifestantes abandonaron el lugar sujetando la soga, en fila india, provocando cortes de tráfico a su paso por la avenida de los Peregrinos, sin otros incidentes que sean razonables. Por otra parte, continúan los encierros parciales de los vecinos en el Ayuntamiento, después de que el fin de semana la Comisión pro Sanidad se encerrara en la torre de San Verísimo para llamar la atención sobre su reivindicación.

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