La UPL reprueba los métodos de transporte de los árboles afectados por esta plaga
El PSOE teme que toda La Cepeda pueda sufrir el fuego bacteriano
Agricultura defiende su gestión y reclama «que no se politice un asunto de carácter sanitario»
Los representantes municipales de los Ayuntamientos cepedanos de Magaz, Villamejil, Villagatón-Brañuelas, Quintana del Castillo y Villaobispo de Otero, todos del PSOE, expresaron ayer su temor de que el fuego bacteriano esté afectando a árboles de toda la comarca y no sólo a los de las localidades confirmadas inicialmente, y que próximos análisis avalen esta hipótesis. Los socialistas aseguraron que diversas plantaciones de la zona presentan síntomas de enfermedad y reclamaron a la Junta de Castilla y León que intensifique sus muestreos, así como que aumente su dotación de personal antes de que la llegada del otoño dificulte, por el parón biólogico de algunas especies, la identificación de los ejemplares afectados. Los munícipes expresaron su confianza en hacerse con muestras de brotes o semillas de aquellas especies vegetales que presentan dificultades de repoblación, con el fin de que no desaparezcan en la zona, y consideraron insuficiente el precio impuesto a los árboles que deben ser erradicados. Finalmente, el alcalde de Villaobispo de Otero, Joaquín Llamas, citó un informe de la Universidad de León que, según su versión, desvincula la plaga de la actividad de la central térmica ponferradina -en respuesta a comentarios en tal sentido- mientras su homólogo de Quintana del Castillo, Emilio Cabeza, solicitó copia escrita de dicho informe. «Camiones al aire libre» Mientras, la UPL de la Cepeda hizo público ayer que había solicitado un estudio a Manuel Durruti Cubría, doctor en Ciencias Naturales y Bioquímico, que concluye que la Junta «no está actuando correctamente» ya que «arranca los árboles y los transporta cargados en camiones o remolques al aire libre por los pueblos hacia una fosa donde son quemados», operación que, recalcó la UPL, incidiría en que «se vuelve a propagar la bacteria por el entorno recorrido». El jefe del servicio de agricultura de la Junta, Fidentino Reyero, defendió los métodos de arranque y destrucción de los ejemplares afectados «porque cumplen la normativa», dijo, al tiempo que estimó que «el árbol extraído no transmite (la plaga) porque se mueva dos kilómetros (para hacerlo desaparecer), máxime en una época otoñal de parada biólogica» de aquél y «en una zona de focos ya declarados». Reyero, además, consideró que «no se debe politizar un asunto sanitario, que tienen que resolver los técnicos, con independencia de qué partido gobierne», e indicó que «la Junta toma muestras allí donde considera oportuno, intentando llegar a los extremos del foco. No se pueden abrir puntos de quema en treinta sitios a la vez».